La tecnología se continúa aliando con la medicina para quienes padecen diabetes una herramienta digital que mejora sensiblemente el tratamiento y vigilancia de la dolencia.
Cofundada por Dov Moran, inventor de la memoria USB, la empresa israelí GlucoMe desarrolló un nuevo método para tratar la diabetes de una forma totalmente innovadora, permitiendo a los pacientes monitorear sus niveles de sangre y obtener datos que antes no eran posibles.
La información puede almacenarse en la nube y estar accesible a los médicos, que pueden crear tratamientos específicos a medida más eficaces para los diabéticos.
1 de cada 11 adultos sufre de diabetes, una enfermedad metabólica en la que muestran altos niveles de sangre por prolongados periodos de tiempo. Sólo en Estados Unidos, había 29,1 millones de personas en 2012 diagnosticadas con diabetes, un 9,3% de la población, según la Asociación Americana de Diabetes.
Esta enfermedad fue la séptima causa de muerte en los Estados Unidos en 2010, y se diagnostican cada año a unos 1,4 millones de diabéticos.
Lo que ocurre en Estados Unidos es un reflejo del resto de países desarrollados. La enfermedad está avanzando, pero los servicios sanitarios de cada país cuentan con recursos limitados para atender a la creciente población de diabéticos, según explica el cofundador y director ejecutivo de GlucoMe, Yiftah Ben Aharon.
Los diabéticos solo ven, de media, unos diez minutos a sus doctores en las consultas cada tres meses, de acuerdo con los datos de la propia compañía.
"Es necesario gestionar de alguna manera a los enfermos con diabetes y priorizar a los que necesiten más ayuda, de modo que los pacientes reciban el tratamiento adecuado. Desgraciadamente, es algo que no está ocurriendo con el modelo actual”, detalla Ben Aharon.
Por este motivo se lanzó GlucoMe para controlar este creciente problema. La plataforma de la compañía utiliza un método inteligente de seguimiento de la glucosa, un lápiz que monitorea la insulina, una app móvil y un sistema de gestión basado en la nube para agilizar el tratamiento. "Queríamos construir una red de dispositivos de análisis conectados, de modo que pudiéramos acceder a los resultados digitalizados en ordenadores y en la nuble y analizar los datos”, explica Ben Aharon.