Las causas genéticas que predisponen a un mayor riesgo de sufrir diabetes tipo II, que sufre o lo hará en algún momento de su vida una de cada diez personas en el mundo, han quedado al descubierto en un estudio que ofrece la imagen más detallada hasta el momento de las variaciones en el ADN que subyacen en la enfermedad. La radiografía más completa de la patología, publicada en Nature, muestra el camino hacia potenciales tratamientos y supone un paso decisivo hacia las terapias personalizadas de los pacientes en función de su perfil genético, tal y como ahora se hace en determinados tipos de cáncer.
La magnitud de la investigación, liderada entre otras instituciones por las universidad de Oxford (Inglaterra) y Míchigan (EE.UU.), lo demuestra el hecho de que en el trabajo participaron más de 300 pacientes científicos de 22 países, entre ellos expertos gallegos, que analizaron datos genéticos de más de 120.000 personas de distintas regiones del planeta. En 2.600 individuos lo que se rastreó fue el genoma completo, una cifra descomunal para este tipo de estudios, y en otros 13.000 el exoma, la parte de los genes que se traducen en proteínas, y que se comparó con el de otras tantas muestras de individuos sanos.
«Para poder ofrecer una medicina personalizada tenemos que tener un mapa detallado de la enfermedad y este estudio lo que ofrece es una mirada en profundidad de la arquitectura de la diabetes, de cómo funciona», explica el investigador gallego Juan Fernández, uno de los autores del estudio y que lleva más de cuatro años trabajando en el Wellcome Trust Centre for Human Genetics de la Universidad de Oxford.
El examen de los datos ha ofrecido una conclusión sorprendente: la principal causa del riesgo genético de sufrir la enfermedad se encuentra en pequeñas variaciones del ADN que son comunes y compartidas por la mayor parte de las poblaciones, cuando hasta ahora lo que se creía era que en este tipo de enfermedades complejas el papel predominante recaía en una combinación de alteraciones raras y comunes que se producen en el orden de la secuencia del genoma.
«Realmente -constata Juan Fernández- el porcentaje de variación que explica la diabetes de tipo II se debe a cambios en el ADN que son bastante comunes entre las poblaciones, que los puede tener mucha gente».
Más concretamente, el trabajo ha identificado más de una docena de regiones en el genoma que están asociadas con el riesgo de sufrir diabetes tipo II.
Una de las variantes localizadas ocurre en el gen TM6SF2, que altera la cantidad de grasa almacenada en el hígado, lo que a su vez constituye un factor que predispone a una enfermedad que amenaza con convertirse en una auténtica epidemia y que supone uno de los mayores desafíos para los sistemas de salud de todo el mundo.
Otro de los genes de riesgo, el PAX4, se ha detectado exclusivamente en individuos del sudeste de Asia, como Corea, China y Singapur. «En este estudio, ponemos de relieve, con una precisión sin precedentes, una serie de genes que participan directamente en el desarrollo de la diabetes tipo 2. Estos representan una vía prometedora para diseñar nuevas formas de tratar o prevenir la enfermedad», explica Marc McCarthy, uno de los tres autores principales del artículo y adscrito al Welcome Trust Center for Human Genetics. La ingente cantidad de datos analizada se pone ahora a disposición de la comunidad científica mundial para que avance en las nuevas terapias.
La clave
Variantes comunes. En el ADN de la población El estudio concluye que la mayor parte del riesgo genético de la diabetes tipo 2 se puede atribuir a las diferencias comunes y compartida en el código genético de las poblaciones.
Más información en la web www.type2diabetesgenetics.org