La glucosa sanguínea baja (hipoglicemia) es el resultado de la presencia de demasiada insulina y muy poca glucosa (azúcar) en la sangre. Eso normalmente ocurre en los adultos diabéticos que se administran ciertos medicamentos para la diabetes, incluida la insulina.
Cuando la glucosa sanguínea desciende mucho, es posible que empiecen a aparecer síntomas de advertencia, tales como sentir debilidad, mareo, nerviosismo, sudor o hambre y molestias visuales o taquicardia.
Si la glucosa sanguínea desciende todavía más, los signos y síntomas pueden avanzar hacia características neurológicas, como dolor de cabeza, confusión, arrastrar el habla, comportamiento similar al de una persona intoxicada por alcohol y finalmente colapso, convulsiones o coma.
Su nivel de preocupación depende del fármaco que se administre. Uno de los fármacos más comunes para la diabetes tipo 2, la metformina (Fortamet, Glucophage, Riomet y demás), no causa hipoglicemia significativa cuando se lo toma solo.
Las inyecciones de los análogos del GLP-1 [exenatida (Byetta), liraglutida (Victoza) y demás], así como las tabletas de los inhibidores de la DPP-4 [sitagliptina (Januvia), saxagliptina (Onglyza) y demás] tampoco causan hipoglicemia.
Sin embargo, otros fármacos de uso común para la diabetes tipo 2, entre ellos, las sulfonilureas [glipizida (Glucotrol), glimepirida (Amaryl) y gliburida (Glynase)], así como las inyecciones de insulina pueden causar hipoglicemia. Las personas que padecen diabetes tipo 1 y reciben insulina también corren más riesgo de hipoglicemia.
Después de muchos años de padecer diabetes y presentar eventos repetidos de hipoglicemia, algunas personas ya no muestran los primeros síntomas de advertencia y la primera manifestación de hipoglicemia es el desarrollo de problemas neurológicos. Ese “desconocimiento de la hipoglicemia” necesita atención especial y generalmente requiere cambiar las tácticas de control.
La hipoglicemia es motivo de preocupación para toda persona que corra riesgo, porque los eventos graves y/o prolongados pueden ser mortales o causar muerte cerebral.
Los ancianos son especialmente vulnerables, debido a que hasta un caso menor de hipoglicemia puede llevarlos a sufrir una caída peligrosa.
Además, los eventos repetidos de hipoglicemia pueden aumentar el riesgo de problemas cardíacos en las personas mayores.
Si usted nota que desarrolla signos y síntomas de hipoglicemia, revísese la glucosa sanguínea, de ser posible.
Si reconoce los síntomas como los de la hipoglicemia o si la medida está por debajo de 70 mg/dl, tome 15 gramos de carbohidratos de fácil digestión, sea en forma de pocos caramelos duros, 4 onzas de un refresco azucarado, 4 onzas de jugo de fruta, 4 o 5 paquetes de azúcar, o 4 tabletas de glucosa destinadas especialmente a tratar la hipoglicemia.Si después de 15 minutos usted continuara presentando síntomas, repita el tratamiento. Si los síntomas no pasaran, llame al médico o pida socorro de emergencia.
Si pierde el conocimiento o por alguna otra razón no consigue tragar sin peligro, entonces necesita inyectarse glucagón, que es una hormona de acción rápida que estimula la liberación de glucosa en el torrente sanguíneo.
Si usted toma insulina, asegúrese de siempre tener consigo o cerca suyo un estuche de emergencia con glucagón.
Enséñeles a sus familiares y amigos cercanos a administrarle la inyección en caso de emergencia y también dígales que si usted no recupera la conciencia rápido, llamen a pedir socorro de emergencia.
Las dosis de la insulina y de las sulfonilureas se determinan en base al patrón normal de alimentación y actividad física.
La hipoglicemia normalmente es el resultado de implementar algún cambio en los hábitos regulares (como saltar una comida o hacer más ejercicio de lo habitual), sin los ajustes adecuados en los medicamentos de la diabetes.
Si no existe una razón obvia para la hipoglicemia o se presentan eventos repetidos de ésta, el médico puede ayudarle a ajustar los medicamentos. (Adaptado de Mayo Clinic Health Letter)