Existen un gran número de evidencias que indican que los hábitos alimenticios de la madre durante el embarazo condicionan la salud del niño. Recientemente un estudio realizado en Finlandia sugiere que el consumo de pescados ricos en ácidos omega-3 podría reducir el riesgo de diabetes tipo 1 en niños con predisposición genética a padecer dicha enfermedad.
La ingesta de ácidos grasos poliinsaturados omega-3, también llamados “grasas buenas, durante la gestación sugiere tener más beneficios de los conocidos hasta ahora. Los datos del estudio sugieren que los niños del grupo de riesgo con mayores niveles de ácidos omega-3 en el torrente sanguíneo tenían menores posibilidades de padecer diabetes tipo 1.
Estas grasas procedentes de pescados grasos se acumulan en el organismo del feto durante el embarazo y son posteriormente ingeridos mediante la leche materna. La lactancia también proporcionaba protección contra la pre-diabetes tipo 1, lo cual puede atribuirse parcialmente a los contenidos de omega-3 de la leche materna. Los investigadores analizaron los casos de 720 niños nacidos entre 1996 y 2004 con un mayor riesgo genético de diabetes tipo 1, monitoreándolos hasta cumplir 15 años de edad para buscar síntomas pre-diabéticos.
Los resultados mostraron que los niveles elevados en sangre de omega 3 se asociaron con un menor riesgo de autoinmunidad temprana frente a las células beta pancreáticas y, por consiguiente, con una menor probabilidad de aparición de la diabetes tipo 1.
Dado que en la actualidad no existe ninguna forma de prevenir la diabetes tipo 1, los resultados de este estudio son importantes, pues apuntan a la nutrición como una posible medida preventiva de la diabetes tipo 1 en niños con predisposición genética. El efecto protector de la lactancia materna descubierto en el estudio puede ser en parte atribuido a los contenidos de “grasas buenas” de la leche materna.
Estudios anteriores ya habían observado un posible efecto protector del consumo de ácidos grasos de pescado en niños de mayor edad. Este nuevo estudio analizó a niños más pequeños debido a que, con frecuencia, la pre-diabetes comienza a desarrollarse durante los primeros años de infancia. Justamente, durante el primer año de vida es donde hay un desarrollo importante del sistema inmune del organismo, lo cual puede tener efectos a largo plazo.
¿Dónde encontramos omega 3? Si bien, tenemos distintos alimentos fuente de ácidos grasos omega 3, existen dos tipos (DHA y EPA) que solo se encuentran en pescados como el atún, caballa, merluza, salmón,arenque, bacalao, sardinas, etc. y es, justamente de estos tipos de omega 3, con los cuales se realizó el estudio y mostraron beneficios de su consumo en el embarazo para prevenir la diabetes tipo 1 en el niño. Es importante destacar que el consumo de estos pescados no debe exceder una frecuencia de dos veces por semana, debido a su contenido de mercurio, un mineral que, en exceso, puede producir efectos dañinos al feto.
Por la licenciada Romina Krauss – M.P. N° 147
Fuente consultada: Instituto Nacional de Salud de Finlandia.