¿Se cura la diabetes infantil? En DiabetesCero tienen claro que sí. Y tienen también perfectamente claro que es imprescindible pelear por encontrar la cura para esta enfermedad. «Porque es una enfermedad curable y, si la sociedad lucha por encontrar la cura, la vamos a encontrar», sentencian.

Porque para dar con una solución a la diabetes tipo 1 nació hace tres años DiabetesCero, un movimiento de padres y madres de niños con diabetes que este fin de semana está celebrando en Écija su primer Congreso Nacional, bajo el lema Ayuda a la investigación, con el objetivo de financiar proyectos de investigación para la cura de esta enfermedad.

Seis proyectos científicos innovadores elaborados por las instituciones españolas de mayor prestigio en la investigación para la cura de la diabetes tipo 1 se presentan en este primer Congreso Nacional DiabetesCero, que ha reunido a más de cuatrocientas personas durante este fin de semana en la ciudad de las torres.

Dos de los proyectos son de laboratorios sevillanos –uno de ellos lo encabeza el prestigioso profesional y ex ministro de Sanidad Bernat Soria–, otros dos son de instituciones de Barcelona, uno de Badalona y otro más de Barakaldo (Vizcaya).

De esos seis proyectos, tres recibirán 25.000 euros cada uno para poder seguir investigando la cura de la diabetes tipo 1. Ese dinero ha sido recaudado por DiabetesCero durante sus tres años de vida, organizando encuentros, mercadillos, participando en actividades benéficas, eventos deportivos y culturales.

Y ahora encuentran el mejor destino posible: contribuir a encontrar un tratamiento adecuado contra la diabetes infantil. «Es un dinero conseguido con mucho esfuerzo, porque nosotros no tenemos ningún rico mecenas detrás», explica Isabel Mérida, directiva de DiabetesCero. «Es un dinero, la verdad, muy luchado y quizá de lo más bonito que se va a invertir en investigación», enfatiza.

El de DiabetesCero es el primer congreso de su especie que se organiza en España. Abierto a familias que conocen la enfermedad porque la sufren y a expertos que trabajan en su tratamiento. El colectivo es un movimiento de padres y madres de niños con diabetes que recaudan dinero para la investigación de la enfermedad.

«Nacimos hace tres años, cuando un grupo de padres no se resignaban a que sus hijos vivieran el resto de sus vidas con esta patología sin que ellos y nosotros lucháramos en el camino», resume Mérida. «Visitamos a científicos en sus laboratorios y vemos de qué carecen, si de personal o de tecnología», continua la directiva de DiabetesCero, «colocamos en nuestra web esas investigaciones en un lenguaje coloquial y recaudamos dinero».

Por fin, tres años después de nacer, este movimiento de padres y madres ha recaudado suficiente para celebrar su primer congreso y becar a los científicos que trabajan por curar la enfermedad de sus hijos. Claro que la elección no va a ser del todo suya.

«No somos médicos ni científicos, y para poder seleccionar las investigaciones tenemos tres asesores científicos, los doctores Ramón Gomis, Catedrático del Departamento de Medicina de la Universidad de Barcelona y director del Instituto de Investigaciones Biomédicas Ausgust Pi i Sunyer (IDIBAPS), entre otros; el doctor Luis Castaño, Presidente de la Sociedad Española de Endocrinología Pediátrica, Director Científico del Laboratorio de Investigación del Instituto Bio-cruces y del Hospital Universitario Bio-cruces de Bilbao e investigador en CIBERDEM; y el doctor Manuel Aguilar, Director de la UGC de Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitario de Puerta del Mar de Cádiz y ex Director del Plan Integral de Diabetes de Andalucía», detalla Mérida.

¿Y por qué en Écija? «Entre Écija y Arahal surgió este movimiento, y hemos querido homenajear a esta ciudad», responde Isabel Mérida.

«Hubiera sido quizá más fácil hacer este congreso en Madrid, en Bilbao o en Sevilla. Pero Écija fue el primero sitio, junto con Arahal, que fundaron este movimiento». Las investigaciones que optan a la beca son de un nivel científico de difícil traducción coloquial. Son trabajos que van de la regeneración celular al uso de la nanotecnología.

Pero todas tienen el denominador común de buscar la forma de detener la destrucción de las células beta –las productoras de insulina– y la regeneración de las mismas. Porque la diabetes tipo 1 consiste en que el sistema inmunológico del paciente interpreta que estas células beta son un virus y las destruye, condenando al diabético a una disciplina alimenticia y un control de la azúcar en sangre.