Cuando llega lo único en lo que te fijas es en una sonrisa radiante. Desprende simpatía y amabilidad por todos sus poros. Con aspecto y maneras de auténtico caballero, y con ayuda una interprete (aunque intercale en su charla expresiones en castellano), mantiene una conversación atrapante que te hace olvidar la barrera del idioma.
Amado y odiado a partes iguales, el creador de la famosa dieta Dukan ha escrito un libro, «Los seis meses que pueden cambiar el mundo» (Libros Cúpula, 2017), para explicar a las futuras madres los peligros que entraña para el feto el excesivo consumo de azúcares procesados.
-¿La alimentación que se sigue actualmente en Europa es tan dañina? ¿Se ha perdido la esencia de la dieta mediterránea?
-Sí. Se habla mucho de ella, pero la auténtica dieta mediterránea, como se hacía hace 50 años, no existe ya. Las diferencias que hay entre la alimentación, por ejemplo, inglesa e italiana, se han atenuado. Antes de la última gran guerra había enormes diferencias, pero hoy día, ya no.
-¿Ni siquiera en los países como Italia, Francia, España o Grecia, se conserva esa alimentación?
-Se ha conservado, sí, pero con otra forma de presentar las cosas, porque si estudiamos la alimentación de estos países, claro que siguen tomando aceite y comen tomates, pero existen los establecimientos de comida rápida, galletas con harina y azúcar... Hay muchas cosas que han surgido y se han añadido a la alimentación y proceden de la industria, que hace alimentos que no son mediterráneos. El 70% de los que comemos es industrial.
-¿Siempre se le añade azúcar a los alimentos procesados?
-A casi todos. Por ejemplo, la salsa de tomate no es natural y se le incorpora azúcar. Cuanto más se le incorpora, más le gusta a la gente y más lo compra. En la mente tenemos un centro de recompensa que demanda el azúcar y la adora, es como una droga.
-¿Es adictivo el azúcar?
-Sí, por supuesto. El INSERN (Instituto Nacional de la Salud y la Investigación médica de Francia) realizó una experiencia con ratones: después de hacerles adictos a la cocaína durante 15 días, les ofreció azúcar en un pequeño biberón. Los roedores acabaron prefiriendo el biberón azucarado a la cocaína. En EEUU, el país con más obesos del mundo, todo lleva azúcar. Incluso los pepinillos en vinagre...
-La comida produce satisfacción inmediata pero se pasa enseguida...
-Sí, pero entonces se continúa comiendo. Sólo hay una sensación más placentera que la comida, que es el orgasmo, pero dura cuatro segundos y una comida, dos horas...
-¿Comemos más de lo que debemos?
-No es que comamos más, es que desde 1970 comemos muy mal. La industria fabrica productos que están trasformados y la manufacturación solo tiene un objetivo: crearnos dependencia de ese alimento. Los azúcares añadidos consiguen que necesitemos estos alimentos procesados que no son buenos.
-Centrémonos en los bebés y en el embarazo. Afirma en su libro que ahora los bebés son mas grandes que hace 40 años.
-La estadística constata que en 1970 los niños pesaban una media de tres kilos, mientras que en 2016, la media es de tres y medio. Es muy serio porque es casi un 20% más. Y hay que investigar a que se debe ese aumento de peso.
-¿Y tiene la culpa la alimentación de la madre durante el embarazo?
-Principalmente sí. Antes de 1970 la diabetes era una enfermedad rara pero ahora hay millones de personas diabéticas y obesas en el mundo que vivirán bastante menos que el resto de la población. Es una epidemia terrible. El sobrepeso y la diabetes están relacionados y este vínculo se ha descubierto hace solo 10 años. La causa de esto es el páncreas, que fabrica insulina. La acción de la insulina es convertir el azúcar en grasa. Te salva la vida pero te hace engordar. Cuando se come así durante años, el páncreas se cansa y ahí es donde se produce la diabetes.
-¿Deja de fabricar insulina el páncreas?
-No, pero genera menos de la necesaria. Hoy día un ser humano que tiene sobrepeso solo tiene un remedio: seguir una dieta. No hay otra solución. Si se engorda es porque se comen demasiadas grasas y, sobre todo, demasiados azúcares. Para adelgazar hay que reducir esa ingesta.
-Reducir, pero no suprimir.
-Si solo se tienen 5 kilos de mas, hay que reducir; si tienen 20 kilos de más, hay que suprimir totalmente el azúcar.
-¿Todos los azúcares? ¿Las de la fruta también?
-Se pueden consumir lácteos, que también tienen un azúcar, la lactosa. Se puede comer fibra de la cascara de avena que también tiene azúcar, pero de liberación lenta. Podemos vivir sin azúcares ni grasa. No toda la vida, pero sí un periodo de tiempo. En realidad perder 10 kilos solo son 2 meses (método Dukan). Cuatro días de ataque y 8 semanas de proteína y verduras. Un kilo por semana.
-¿Y siguiendo el régimen que usted postula el paciente se encuentra bien o esta cansado?
-Depende de la persona. Si tiene la tensión arterial alta se va a sentir muy bien. Si es normal no cambia nada y si la tiene baja puede sentirse un poco cansado, entonces tiene que tomar sal.
-¿Cómo se desarrolla el páncreas en el feto?
-El desarrollo del páncreas del bebé es el siguiente: A los 19 días, en la pared del intestino aparecen dos pequeños brotes, primero el dorsal y, tres días después, el ventral. En la quinta semana, los dos brotes van en búsqueda el uno del otro y, en la sexta, se funden. En este páncreas en formación, el 99 % de las células evolucionarán para acabar ejerciendo una función exocrina y a producir enzimas digestivas, y el 1 % de las células restantes evolucionará hacia una función endocrina, de las cuales la mitad se especializará en la secreción de insulina. Así, durante el tercer mes, este pequeño páncreas se irá estructurando en apartados y, a lo largo del cuarto y quinto mes, sus células hasta entonces indiferenciadas, van a reagruparse en forma de islotes llamados de Langerhans y adquieren, a lo largo de estos sesenta días, la capacidad de secretar insulina. Y esto es exactamente lo que ha sucedido en los últimos 200. 000 años.
-¿Cómo afecta la alimentación de la madre en la formación del páncreas del bebé?
-La formación del bebé durante el embarazo es una sinfonía sumamente precisa. Todo ha sido previsto, excepto que la madre consuma tanto azúcar procesado. El páncreas de un adulto sano tolera a medio plazo una alimentación tan agresiva, pero no así el páncreas en pleno desarrollo del feto. Los «azúcares» consumidos por la madre se digieren y se descomponen para llegar a la sangre en forma de glucosa. Esta glucosa es una molécula pequeña que atraviesa fácilmente la placenta, pasando de la sangre de la madre al feto. Sin embargo, la insulina maternal es demasiado grande para pasar, lo que obliga al feto a producir su propia insulina. Si la madre consume productos ricos en azúcares, la glucosa en sangre sube. El páncreas fetal se verá obligado a secretar la insulina necesaria para convertir la glucosa en grasa. Esto dará lugar a un aumento de peso proporcional al consumo de azúcares, así como a un aumento del peso al nacer del bebé. El páncreas tendrá muchas células, más de las que debería y esta particularidad se extenderá a lo largo de toda la vida. Y el bebé tendrá un páncreas vulnerable que va a fabricar más insulina, mas grasa y se cansará antes.
-¿Realmente hay tantos niños diabéticos?
-Hoy en día hay niños que a los 7 años ya son diabéticos. Antes de 1970 no había niños con esta patología. La diabetes de tipo 2 era conocida como la de los viejos, de adultos ya maduros. Este aumento de la enfermedad en niños procede de la alimentación durante el embarazo, pero las madres no son responsables porque no lo sabían...
-¿Quiere decir que no hay ni un solo rasgo genético en la trasmisión de la diabetes?
-Claro que hay una parte, por supuesto, pero esa parte se ha intensificado. Si existe ese rasgo, y la madre abusa de los azúcares, va a multiplicar la posibilidad de que el niño padezca diabetes. Por eso, las mujeres con antecedentes deben tomar más precauciones que las otras. Pero solamente en los meses 4 y 5 de gestación. Son meses cruciales.
-¿Y a la madre no le afecta esta alimentación?
Entre 1970 y 2016 ha aumentado mucho el número de mujeres que han sufrido diabetes gestacional, lo cual es un indicador de como se alimentan. También afecta al bebé, que nace más gordo. Así, el hijo es vulnerable, pero la madre también. Aunque la diabetes no suele permanecer en las madres, hay un 20% de casos en los que queda y se manifestará en un segundo embarazo. Una mujer que ha tenido diabetes de embarazo debe ser mucho más vigilada.
¿Qué pretende con este libro?
Quiero poner orden en la ingesta de comida. Es un proceso indoloro pero que tiene muchísimas consecuencias. Con mis consejos, las madres van a programar un niño mucho más sano y con menos problemas. Cuando una mujer me pregunta que tiene que hacer para que su alimentación sea lo mejor para su bebé, le digo: «Usted tiene que comer como su abuela, como cuando estaba embarazada de su madre, que no había productos industriales».