Los resfriados y otras infecciones en los primeros seis meses de vida podrían aumentar las probabilidades de que un niño desarrolle diabetes tipo 1 en casi un 20 por ciento, sugiere una investigación reciente.
La sospecha de que las infecciones tienen un rol en el desarrollo de la diabetes tipo 1 no es nueva. Hace mucho que los expertos sospechan que las infecciones virales podrían desencadenar la enfermedad.
"Este estudio en realidad solo refuerza la idea de que eventos tempranos en la vida son cruciales para el desarrollo del sistema inmunitario", apuntó Jessica Dunne, directora de investigación de descubrimientos de la JDRF (que antes se conocía como la Juvenile Diabetes Research Foundation). La JDRF proveyó parte de la financiación del nuevo estudio.
"Pero todavía no se sabe con certeza", añadió. Y los mismos autores del estudio anotaron que su investigación no puede probar una relación causal.
Tampoco está exactamente claro cómo esas infecciones podrían tener un rol en la diabetes tipo 1.
"Se han discutido varios mecanismos para explicar cómo las enfermedades infecciosas podrían inducir [una respuesta autoinmune] en la diabetes tipo 1", apuntó el autor líder del estudio, Andreas Beyerlein, del Instituto de Investigación sobre la Diabetes de Múnich, Alemania.
Estudios con animales han indicado que distintos virus pueden afectar a las células beta del páncreas de más de una forma. Por ejemplo, dijo Beyerlein, algunos virus parecen hacer que las células se dañen. Otros pueden provocar que las células del sistema inmunitario ataquen por error a las células beta, al percibirlas como invasores foráneos en lugar de tejido sano.
Pero de cualquier forma que ocurra la destrucción, el resultado final es que las personas con diabetes tipo 1 se quedan con muy pocas células beta sanas como para producir suficiente insulina para sobrevivir.
La insulina es una hormona esencial que tiene que ver con el metabolismo de los carbohidratos. Permite a la glucosa (el azúcar) de los carbohidratos alimentar a las células del cuerpo y del cerebro. Sin insulina, una persona muere. Por ese motivo las personas con diabetes tipo 1 deben recibir múltiples inyecciones de insulina al día, o utilizar una bomba de insulina. La bomba es un pequeño dispositivo usado externamente que administra insulina a través de un catéter insertado bajo la piel.
El nuevo estudio incluyó información de datos de reclamaciones de bebés nacidos entre 2005 y 2007 en Alemania. La base de datos utilizada cubre a alrededor de un 85 por ciento de la población alemana, señalaron los autores del estudio.
En ese periodo, nacieron casi 300,000 bebés. Durante un seguimiento de casi 8.5 años, 720 niños desarrollaron diabetes tipo 1, halló el estudio.
Casi todos los niños (un 93 por ciento) tuvieron al menos una infección en los dos primeros años de vida, al igual que un 97 por ciento de los que desarrollaron diabetes tipo 1, mostró el estudio.
Las infecciones se dividieron en categorías (tracto respiratorio, estómago, piel y ojos) y causas, como virales o bacterianas.
Los niños que sufrieron de una infección respiratoria en los primeros seis meses de vida tenían unas probabilidades un 17 por ciento más altas de desarrollar diabetes tipo 1 más adelante. Los que sufrieron de una infección viral en los seis primeros meses de vida tenían un riesgo un 19 por ciento más alto de diabetes tipo 1, en comparación con los niños que no tuvieron una infección viral a principios de la vida, informó el estudio.
"Quizá los virus educan mal al sistema inmunitario de alguna forma", planteó Dunne.
Los virus provocan la mayoría de los resfriados comunes y las infecciones respiratorias superiores, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU.
Hasta que haya resultados de estudios más profundos y a más largo plazo, no hay muchos consejos específicos para los padres. Dunne dijo que uno de esos estudios, el TEDDY (por las siglas en inglés de "determinantes ambientales de la diabetes en los jóvenes"), evaluó a miles de niños al nacer en todo el mundo, y la meta es darles seguimiento durante 15 años. Ya se han completado unos ocho años, dijo.
"Los niños contraen muchas infecciones a principios de la vida, y, por otra parte, esto sugiere que sufrir esas infecciones podría ser crítico para desarrollar un sistema inmunitario sano. Así que hay un delicado equilibrio, pero todavía es demasiado pronto para que entendamos cuál es el equilibrio, y no debemos llegar a hacer que los niños vivan en una burbuja", comentó Dunne.
Beyerlein se mostró de acuerdo. "La patogénesis de la diabetes tipo 1 aun no se comprende bien. Así que no hay una estrategia establecida de prevención".
Beyerlein añadió que dado que no hay una forma conocida de prevenir la diabetes tipo 1, los padres de los niños que ya tienen la enfermedad no deben culparse, porque no hubieran podido hacer nada para evitarlo.
Los hallazgos del estudio aparecen en la edición del 3 de mayo de la revista Journal of the American Medical Association.
Más información
Para más información sobre la diabetes tipo 1, visite la Asociación Estadounidense de Diabetes (American Diabetes Association).