Psicóloga Clínica
Temas: Alimentación / Nutrición , Niños y adolescentes , Aspectos psicológicos
Fecha: 1 de abril, 2016
Los trastornos de conducta alimentaria se han incrementado muy rápidamente en los últimos años. Cada año hay dos mil quinientos nuevos casos de anorexia y seis mil de bulimia en España. Estos trastornos afectan especialmente a las mujeres jóvenes y tienden a ser enfermedades que se cronifican en el tiempo, con tratamientos largos, conllevando un gran desgaste y, en consecuencia, sufrimiento personal y familiar.
Algunas de las causas que provocan este tipo de trastorno pueden ser; por un lado, la presión publicitaria: estar delgado es sinónimo de éxito social y belleza mientras que el sobrepeso es sinónimo de desidia, abandono y falta de voluntad. De otra parte, el cambio del papel de la mujer en la sociedad: A la mujer se le exigen unos requisitos de aspecto físico para acceder al mundo laboral y muchas de sus profesiones están relacionadas con la imagen y el contacto con el público.
Los dos principales trastornos de la conducta alimentaria son la anorexia y la bulimia nerviosa. En ambos trastornos se da una obsesión por la figura corporal y el peso que se intentan controlar a través de diversas prácticas como dieta, ejercicio excesivo, vómito, etc.
La anorexia se caracteriza por la restricción de alimentos para lograr y mantener un cuerpo delgado, a pesar de tener un peso corporal por debajo de lo sanamente aconsejado. Por otra parte la bulimia, se caracteriza por la presencia de atracones recurrentes, que se acompañan de conductas compensatorias inapropiadas con el fin de no ganar peso a través de la provocación del vómito, toma de laxantes, diuréticos, ayuno, realización de actividad física, etc.
Cómo afectan los trastornos de alimentación a las personas con diabetes?
En el caso de las jóvenes con diabetes tipo 1, el riesgo de desarrollar trastornos de la alimentación es el doble que en la población general sin diabetes. ¿Por qué? La diabetes en si misma condiciona una especial atención sobre la propia imagen corporal y los aspectos de alimentación. Quizá esta hiperfocalización hacia si misma condiciona o hace más factible el desarrollo de estos trastornos.
Cuando las personas con diabetes padecen un trastorno de la alimentación se da una situación de altísima gravedad, ya que suelen darse hiperglucemias mantenidas o grandes oscilaciones glucèmicas (de hiperglucemia a hipoglucemia o viceversa) con las consiguientes consecuencias para la salud a medio o largo plazo que esto conlleva como son las complicaciones oculares, renales, y sistema nervioso periférico, propias de un mal control metabólico sostenido.
Es frecuente que las jóvenes con este tipo de trastornos, manipulen sus dosis de insulina, incluso llegan a dejar de ponérsela con el fin de bajar de peso, ya que al provocar cetoacidosis en el organismo, se produce una bajada rápida de peso. A pesar de la gravedad de la situación, hay que tener en cuenta que en la etapa de la adolescencia se tiene tendencia a pensar en el hoy-corto plazo- minimizando lo negativo que pueda suceder a medio o largo plazo.
Algunas manifestaciones que podrían ponernos en pista para sospechar la existencia de un trastorno de la conducta alimentaria son:
Evita las situaciones sociales que acontecen entorno a la mesa
Valores muy altos de hemoglobina glucosilada
Cambios en el humor (irritabilidad)
Pérdida de peso aparente sin justificación
Aumento de la actividad física
Negación del problema alimentario
Aumento de las situaciones de tensión familiar
Aislamiento familiar y de amigos
Frecuentes episodios de hipoglucemias y/o hiperglucemias
Cantidades de alime