Carlota Recio Cruz estudió en colegios de Badajoz -Puertapalma y Maristas-, practicó natación, jugó al balonmano y representó a la región como jugadora de tenis.
Después inició en la Universidad de Extremadura su carrera de Biología, una vocación que se despertó cuando empezó a anillar pájaros con su profesor del colegio Alfonso Marzal.
Su expediente comenzó a destacar y gracias a una beca Séneca realizó los dos últimos cursos en la Universidad Autónoma. El pasado día 19 de febrero leyó su tesis y deslumbró a los expertos.
Esta joven extremeña acaba de ser contratada en la prestigiosa universidad británica de Oxford para trabajar como doctora en el Sir William Dunn School of Pathology en un proyecto de diabetes e inmunometabolismo.
Su marcha tiene que ver con la investigación sobre la diabetes, una enfermedad muy común en la sociedad actual. La defensa de su estudio sobre el potencial terapéutico de una proteína que puede ayudar en las complicaciones de esta enfermedad mereció la calificación Cum Laude el pasado 19 de febrero.
Se trata de una tesis dirigida y tutelada por Jesús Egido de los Ríos y Carmen Gómez, especialistas en Nefrología, y cuyos resultados ya ha recogido el 'Journal of the American Society of Nefrology' (Revista de la Sociedad Americana de Nefrología), entre otras publicaciones científicas relevantes.
Carlota Recio tiene ahora 28 años. Explica que se decantó por la diabetes mellitus por ser una enfermedad de gran prevalencia entre la población mundial que desencadena una serie de complicaciones crónicas en los pacientes, lo que conduce a un deterioro de su calidad de vida.
«Entre estas complicaciones, la aterosclerosis (formación de placas en las arterias) y la nefropatía constituyen la principal causa de morbimortalidad y enfermedad renal crónica en los pacientes diabéticos, ya que actualmente no existen alternativas terapéuticas que frenen eficazmente la aparición de episodios cardiovasculares o la progresión a insuficiencia renal», señala la experta.
«En España hay gente muy buena y preparada a nivel científico, pero la cuantía destinada a los proyectos y al personal es una miseria»
Empezó Biología en la Universidad de Extremadura y terminó en la Autónoma de Madrid
En base a esto -prosigue- había necesidad de buscar alternativas terapéuticas, como mecanismos o vías de señalización implicados en la regulación de mediadores que participen en el desarrollo del daño durante la diabetes y sus complicaciones.
Así, su estudio se ha centrado en el papel de las proteínas SOCS (siglas en inglés de Proteínas Supresoras de la Señalización de Citoquinas), una familia de ocho proteínas que regula numerosos procesos inflamatorios y fibróticos que tienen lugar durante las complicaciones diabéticas, previniendo así el daño en los tejidos.
Éxito en ratones
Concretamente, los estudios de esta extremeña se han centrado en diseñar un péptido (tipo de moléculas formadas por la unión de varios aminoácidos) sintético que mimetiza la acción reguladora de la proteína SOCS1.
Ya ha sido probado con éxito en ratones, suprimiendo la inflamación y retardando daños vasculares y renales en diabéticos. «Esto nos proporciona las bases para el desarrollo de nuevas terapias frente a las complicaciones inflamatorias de la diabetes (...).
La importancia de los resultados es que se unen a la enorme cantidad de estudios en marcha en todo el mundo que tratan de abordar esta enfermedad que se da con tanta frecuencia, ya que según la Organización Mundial de la Salud, en 2014 había 380 millones de diabéticos en el mundo, y se estima que en el año 2030 una de cada diez personas será diabética», resume Carlota Recio recién llegada a Oxford.
Más recursos
En opinión de esta extremeña, para destacar en una carrera profesional es imprescindible salir de España, país al que no descarta volver dentro de varios años. «Una vez terminada la tesis, podría haber optado a los contratos postdoctorales que ofrecen tanto el Ministerio como el Instituto de Salud Carlos III, por lo que habría tenido opción de permanecer allí.
Sin embargo, estos contratos tienen una duración de 2 o 3 años, tras los cuales hay que volver a competir por los contratos siguientes. La cuestión es que llega un momento en el que solo los mejores consiguen estabilizarse como investigadores en España y tienen opción de formar su propio grupo. Y solo aquellos que han desarrollado parte de su carrera investigadora en el extranjero lo consiguen».
De momento, como científica aprovecha su estancia en Oxford unos recursos e infraestructuras que considera muy superiores. «Es una pena, porque en España hay gente muy muy buena y muy preparada a nivel científico. Sin embargo la cuantía destinada a los proyectos y, sobre todo al personal, es una miseria». En cuanto al destino que disfruta ahora, Recio valora que todo en esta localidad británica gire en torno a la universidad. «Esto está genial porque establece vínculos y colaboración con gente de muchos sitios».
