Un pequeño estudio piloto en el que los investigadores intentaron retrasar los ataques montados por el sistema inmunológico contra las células productoras de insulina en la diabetes tipo 1 ha dado resultados prometedores. El estudio, realizado por investigadores de la Universidad de Linköping, en Suecia, se detalla en la revista científica 'New England Journal of Medicine'.
La diabetes tipo 1 es una enfermedad autoinmune en la que el cuerpo pierde su capacidad de producir insulina. Durante el desarrollo de la patología, el propio sistema inmune del cuerpo ataca a las células beta productoras de insulina en el páncreas, lo que a menudo da lugar a la presencia de anticuerpos contra las propias proteínas del cuerpo en las células beta. Una de estas proteínas es GAD65 (ácido glutámico descarboxilasa) y ya hay en marcha varios ensayos clínicos de un fármaco conocido como GAD-alum, basado en GAD65.
En esta nueva investigación --llamada DIAGNODE--, investigadores de la Universidad de Linköping han inyectado GAD-alum directamente en los ganglios linfáticos en la ingle, en lugar de debajo de la piel, con el fin de determinar si esto hace que la respuesta inmune sea más tolerante con la proteína GAD del propio cuerpo. Este método es similar a uno conocido como "inmunoterapia con alérgeno" utilizado en ciertos tratamientos para la alergia, donde se induce la tolerancia contra una sustancia alergénica.
Se incluyó en el estudio a seis pacientes de 20 a 22 años que habían sido diagnosticados con diabetes tipo 1 hasta seis meses antes y se les inyectó una pequeña dosis de GAD-alum en tres ocasiones y tomaron suplementos de vitamina D durante el periodo del estudio, la cual puede reducir la respuesta inflamatoria del sistema inmunológico.
LA PROGRESIÓN DE LA DIABETES DIFIERE ENTRE PERSONAS
"Los resultados para estos seis pacientes son muy prometedores. La diabetes tipo 1 suele progresar gradualmente a medida que el paciente pierde la capacidad de producir insulina, pero esto no ha sucedido en estos pacientes. Tenemos que seguir durante un periodo más largo y debemos incluir a más pacientes antes de poder decir algo sobre la eficacia del tratamiento, pero los resultados hasta ahora son muy emocionantes", dice el investigador principal del estudio, Johnny Ludvigsson, profesor titular de la Universidad de Linköping.
El estudio piloto no contó con un grupo de control de pacientes que no recibieron el tratamiento que se está probando, pero, en cambio, compara los resultados con los de otros estudios con pacientes no tratados. El nivel de azúcar en la sangre a largo plazo (HbA1c) y la necesidad de inyectarse insulina extra cayeron en los pacientes en el estudio actual, además de que su producción natural de insulina se mantuvo en un nivel estable.
Los seis pacientes fueron seguidos durante al menos seis meses; cuatro de ellos durante más de 15 meses, pero los investigadores planean continuar el estudio aumentando el número de participantes, e incluyendo pacientes más jóvenes. "Si estos resultados se confirman cuando se estudien más pacientes, sería un avance muy importante. La forma en que progresa la diabetes tipo 1 difiere entre los individuos por muchas razones y esto significa que no es necesario encontrar un tratamiento que tenga efectos excelentes para todos. Incluso si sólo ayuda a la mitad de los pacientes, este sería un gran paso adelante", concluye Ludvigsson.