Menos de dos de cada 10 pacientes con diabetes tipo 2 asocian las alteraciones cardiovasculares con su enfermedad y, en el caso del infarto de miocardio, sólo lo un 3,2 por ciento cree que haya relación alguna, según datos de una encuesta realizada el año pasado por la Alianza Boehringer Ingelheim y Lilly en Diabetes.
Estos resultados han sido difundidos por ambas compañías con motivo del Día de San Valentín que se celebra este martes, 14 de febrero, recordando que estos resultados ponen de manifiesto la necesidad de impulsar campañas de comunicación sobre los riesgos cardiovasculares en la diabetes tipo 2.
Además, insisten en que hay evidencia científica que apunta que el estado amoroso de una persona puede influir en la salud del corazón, tanto para bien como para mal.
Así, mientras el amor reduce los riesgos de padecer enfermedades cardiovasculares y contribuye a una mayor esperanza de vida, la inestabilidad sentimental produce preocupación y estrés, lo que puede afectar negativamente al corazón.