El medicamento para la diabetes pioglitazona se asocia con un mayor riesgo de cáncer de vejiga, según ha detectado un estudio publicado este miércoles por British Medical Journal. Los hallazgos sugieren que el riesgo aumenta con la duración del tratamiento y la dosis. No se detectó un incremento del riesgo en un medicamento similar, rosiglitazona.
La pioglitazona y rosiglitazona pertenecen a una clase de fármacos llamados tiazolidinedionas que ayudan a controlar los niveles de azúcar en sangre en pacientes con diabetes tipo 2. Sin embargo, en 2005, un ensayo mostró inesperadamente un desequilibrio en el número de casos de cáncer de vejiga con pioglitazona en comparación con el placebo.
Desde entonces, la asociación entre el uso de pioglitazona y el cáncer de vejiga ha sido motivo de controversia, con trabajos informando de resultados contradictorios. Por ello, un equipo de investigadores con sede en Canadá se propuso determinar si el uso de pioglitazona, en comparación con otros fármacos antidiabéticos, se vincula a un mayor riesgo de cáncer de vejiga en pacientes con diabetes tipo 2.
Para ello, analizaron datos de 145.806 pacientes de la base de datos de Investigación de Práctica Clínica de Reino Unido (CPRD, por sus siglas en inglés), que fueron recientemente tratados con medicamentos para la diabetes entre 2000 y 2013. Se tuvieron en cuenta posibles factores influyentes, como la edad, el sexo, la duración de la diabetes, el tabaquismo y los trastornos relacionados con el alcohol.
En comparación con la no utilización de tiazolidinadiona, el uso de pioglitazona se asoció con un mayor riesgo general del 63 por ciento de cáncer de vejiga (121 por 100.000 años-persona frente a 89 por 100.000 años-persona), con incremento del riesgo con la duración del tratamiento y la dosis. En contraste, el uso de rosiglitazona no se relacionó con más riesgo de cáncer de vejiga en cualquier análisis, lo que sugiere el riesgo es específico del fármaco y no del tipo de efecto.
Estos resultados se mantuvieron prácticamente sin cambios después de evaluaciones adicionales. Los autores subrayan que, en términos absolutos, el riesgo de cáncer de vejiga sigue siendo bajo pero sugieren que los médicos y los pacientes deben ser conscientes de esta asociación en la evaluación de los riesgos y beneficios globales de esta terapia.