Hay cinco patologías que representan el 'terror' en materia de gastos para la sanidad pública norteamericana. Una minuciosa investigación de la revista científica JAMA concluye que esos desembolsos de los presupuestos públicos han aumentado considerablemente y ya suponen el 17% del total de las partidas públicas.
Según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), correspondientes a 2014, Estados Unidos es el país desarrollado que mayor porcentaje de su Producto Interior Bruto dedica a la atención sanitaria: 16,58%, superando ampliamente a países como Suiza, Japón, Francia y Alemania, que dedican 11%. El gasto sanitario anual per cápita en EEUU alcanza los 9.024 dólares.
En diciembre de 2009 el Senado aprobó la Ley de Protección al Paciente y Cuidado de Salud Asequible, que establecía la reforma sanitaria popularmente conocida como 'Obamacare'. La ley entró en vigor en enero de 2014. Desde entonces, el porcentaje de personas que no tenían seguro médico se redujo de 20% a 13%, una cifra histórica en ese país, gracias a que pudieron asegurarse unos 20 millones de ciudadanos que no tenían cobertura de salud.
El estudio publicado por la revista JAMA primero pone en consideración que los norteamericanos prácticamente desconocen cómo varía el gasto en salud, según la edad y el transcurso del tiempo. Después se detiene en cada una de las enfermedades más costosas para el sistema sanitario público. Reducir ese sideral coste en materia de sanidad pública será uno de los objetivos de Trump desde el próximo viernes.
En primer lugar se encuentra la diabetes mellitus, que genera un gasto de 101,4 billones de dólares. Le siguen los fallos isquémicos coronarios, con 88,1. El tercer puesto en materia de costes es las dolencias de espalda y cuello, que suponen 87,6 billones. En cuarto lugar se sitúa la hipertensión, que arrastra un gasto de 83,9 billones. Así, las caídas cierran los primeros cinco puestos de coste al erario estadounidense, con 76,3 billones de dólares.
En materia de diabetes, la enfermedad ya se ha transformado en una auténtica epidemia que, según otro estudio publicado por el Journal of the American Medical Association, alcanza ya a la mitad de los adultos que viven en ese país, si se incluye en la cifra a quienes padecen de prediabetes, una condición en la que el individuo está a un paso de contraer la enfermedad crónica.
La diabetes es una enfermedad que se debe a múltiples factores. A pesar de que es frecuente escuchar, ver y leer que la inactividad física, fumar y una alimentación alta en grasas y azúcares son sus causantes directos, los expertos consideran que la genética cumple un rol fundamental a la hora de medir quién es más propenso a padecerla.
Por otra parte las enfermedades que más coste generan en la actualidad no son las mismas que aumentan progresivamente su incidencia. Por ello, los casos de autismo son los que más crecen, en hasta un 17,6 por ciento. Le siguen las patologías provocadas por la falta de vitamina A, que crecen un 14,7 por cien; la hiperlipidemia, con un 10,3 por ciento; las enfermedades tropicales y la malaria, a razón del 9,9 por cien, empatadas con la obesidad. En quinta posición de este ranking porcentual se encuentran la enfermedad pulmonar intersticial y la sarcoidosis.
Según un estudio del Commonwealth Fund, el sideral coste que supone el gasto sanitario no tiene que ver con que los estadounidenses acudan más al médico que ciudadanos de otros países (cosa que no hacen), sino a que hacen uso más frecuente de costosos equipos tecnológicos y a que los precios de la atención sanitaria así como de las medicinas son mucho más altos que en otros países. Un ejemplo: una cirugía para hacer un bypass coronario en Estados Unidos cuesta US$75.000 y en Holanda, unos US$15.000.
Finalmente, cabe considerar que aún hoy existen unos 24 millones de adultos sin seguro médico en EEUU y las compañías aseguradoras empiezan a resentir en sus finanzas un fuerte impacto de la normativa. Se estima que cuatro de las mayores aseguradoras del país perderán unos US$2.000 millones este año, por lo que varias de ellas están planeando reducir drásticamente el número de estados en los que prestan servicios a través del 'Obamacare'.
Por si fuera poco, las primas de 2017 se incrementarán en un 25% en 38 estados del país, de acuerdo con cálculos del Departamento de Salud y Servicios Humanos.