La salud del futuro hijo no solo está influenciada por los comportamientos, más o menos saludables, que adoptan su madre durante el embarazo. También por el estado de salud general de sus dos progenitores, madre y padre, desde antes de la misma concepción.
De hecho, el apetito del futuro niño está condicionado por el peso de su padre, lo que indica que los padres no solo transmiten sus genes. Y lo mismo sucede con sus niveles de azúcar en sangre y, a la larga, su riesgo de diabetes.
Y es que según muestra un estudio llevado a cabo por investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad Jiao Tong de Shanghái (China), los varones con mayores niveles de estrés psicológico tienen hijos con niveles más elevados de azúcar en sangre.
Como explica Xiaoying Li, director de esta investigación publicada en la revista «Cell Metabolism», «nuestro estudio es fruto de nuestro gran interés en analizar cómo los cambios en el comportamiento influyen sobre la homeostasis de la glucosa. Los estudios epidemiológicos han demostrado la existencia de una asociación entre el estrés psicológico y la incidencia de diabetes, y teníamos curiosidad en observar cómo esta asociación podía transmitirse a través de las generaciones».
Estrés ratonil
En el estudio, los autores utilizaron modelos animales –ratones– a los que sometieron a elevados niveles de estrés. Y para ello, confinaron a los machos en cubos de plástico durante dos horas diarias a lo largo de un período de dos semanas.
Concluida la ‘fase de confinamiento’, los ratones mostraban unos niveles normales de glucosa en sangre. Sin embargo, y comparados frente a aquellos machos que podían correr libremente por sus jaulas durante las 24 horas del día, tenían un menor peso y mayores niveles sanguíneos de glucocorticoides –hormonas que se liberan en respuesta al estrés.
Finalmente, los autores permitieron a los machos emparentarse con hembras que no habían sufrido el confinamiento, y la descendencia de aquellos con mayor estrés –es decir, los que habían sido recluidos en los cubos de plástico– mostraron niveles anormalmente elevados de glucosa en sangre.
El estrés psicológico de los padres puede dar lugar al desarrollo de hiperglucemia en su descendenciaXiaoying Li
Como indica Xiaoying Li, «el estrés psicológico paternal puede dar lugar al desarrollo de hiperglucemia en la descendencia, cuando menos en ratones».
Alteración del esperma
Y este mayor riesgo de hiperglucemia en los hijos, ¿a qué obedece? Pues según muestran los resultados, al efecto del estrés sobre el gen ‘Sfmbt2’. Concretamente, el estrés provoca un aumento de los glucocorticoides, hormonas que a su vez causan un aumento de grupos metilo en el gen ‘Sfmbt2’ del esperma de los ratones. Y si bien estos grupos metilo no alteran el contenido genético –esto es, el ADN– de ‘Sfmbt2’, sí influyen en cómo es finalmente expresado.
Es más; el análisis más profuso de los resultados permitió observar que la hiperglucemia en los descendientes es consecuencia de los cambios en la regulación de la enzima PEPCK, responsable del control de la producción de glucosa en el hígado. Concretamente, y como consecuencia de la hipermetilación, el gen ‘Sfmbt2’ procedente del macho –el de la hembra se encuentra desactivado por defecto– pierde su capacidad de controlar la producción de PEPCK, lo que da como resultado que sus descendientes tengan una cantidad anormalmente elevada de la enzima en el hígado y, por tanto, produzcan mayores cantidades de glucosa.
La buena noticia, destacan los autores, es que «una vez identificados los mecanismos implicados, podríamos bloquear el efecto de los glucocorticoides sobre el esperma del ratón». De hecho, la inoculación a los machos ‘estresados’ de una molécula que contrarresta el efecto de los glucocorticoides detuvo la hipermetilación del gen ‘Sfmbt2’ y, por tanto, la alteración en el control de la enzima PEPCK.
Tal es así que, como concluye Xiaoying Li, «es potencialmente posible que, si bien en un futuro, nuestros resultados puedan ser extrapolados al tratamiento de la hiperglucemia en seres humanos».