Cerca de 70 por ciento de los enfermos con diabetes presentan disfunción eréctil, la cual es la incapacidad para tener o mantener una erección adecuada que permita llevar a término la relación sexual, informó el jefe de la División de Urología del Hospital General Manuel Gea González, Carlos Pacheco.
Precisó que existen hombres que no saben que son diabéticos y su primer síntoma es la disfunción eréctil por problemas de irrigación arterial, pues la diabetes mellitus es un grave factor de riesgo.
El especialista explicó que la diabetes es una patología que afecta a todos los sistemas del cuerpo, es lenta, silenciosa y mortal.
Otras causas que provocan disfunción eréctil son: el tabaquismo, el alcoholismo, la drogadicción, los estilos de vida inadecuados y la hipertensión arterial.
Puede presentarse en cualquier momento de la vida adulta, sin embargo, en México alrededor de 55 por ciento de los varones, a partir de los 40 años de edad padecen algún grado de disfunción eréctil, debido a que aumenta la presencia de problemas crónico-degenerativos.
Este padecimiento —detalló— se debe tomar como un problema de pareja porque ambos lo sufren, y aunque las relaciones sexuales son parte del bienestar, los hombres tardan hasta seis meses en aceptarlo y más tiempo en solicitar ayuda al especialista.
Carlos Pacheco resaltó que es una enfermedad que se puede prevenir si se modifican los estilos de vida, se evita el consumo de alcohol, tabaco y drogas y se practica ejercicio.
Explicó que la disfunción se clasifica en leve, moderada y severa. De ello depende el tipo de tratamiento que se debe aplicar, que puede ser desde medicamentos vía oral, dispositivos de vacío, inyecciones directas al pene y, como último recurso, colocación de prótesis.
“Antes de pensar en el tipo de tratamiento que se va a recibir, es fundamental reconocer que existe un problema de disfunción y acudir al médico para evitar que la calidad de vida de los pacientes se vea afectada”.
Por otro lado, recomendó a los varones acudir a chequeos médicos a partir de los 40 años de edad, sobre todo si hay antecedentes familiares con cáncer de próstata. De lo contrario, dijo, deben visitar al urólogo de manera anual a partir de los 45 años.