En los próximos años se prevé un aumento de la comorbilidad entre los pacientes con diabetes motivado, principalmente, por los cambios en la alimentación y el sedentarismo.
Esto implica más pacientes diabéticos con enfermedades cardiovasculares, retinopatía, nefropatía o pie diabético que requieren de un abordaje más complejo y, con ello, el aumento de costes de atención sanitaria.
Este nuevo escenario plantea algunos retos asistenciales, asociados al diagnóstico y al tratamiento adecuado, objeto de análisis en la jornada ‘Diabetes y comorbilidad’, un encuentro organizado en Granada por la Escuela Andaluza de Salud Pública (EASP) que contó con el patrocinio de AstraZeneca.
La jornada, en la que se dieron cita alrededor de 75 expertos en diferentes especialidades clínicas, entre médicos de familia, enfermeras, internistas, cardiólogos, endocrinólogos y oftalmólogos, refuerza la importancia de la prevención y del abordaje multidisciplinar en la atención a pacientes con necesidades complejas de salud.
Tal y como señaló Joan Carles March, director de la EASP, esta jornada aporta la visión de la diabetes desde los diferentes frentes profesionales que la atienden para ver cómo trabaja cada uno, qué necesita del otro y qué necesidades comunes tiene.
También tuvo cabida un espacio de intercambio entre profesionales y dirección de la escuela de pacientes así como profesionales de hospitales y atención primaria, sin olvidar los de diferentes especialidades ligados a distintas comorbilidades.
“Este espacio quiere ser un punto de ayuda en la búsqueda de aspectos comunes desde la perspectiva de los diferentes actores implicados en la atención a la diabetes, para que ayude a mejorar la salud del paciente en su globalidad”, subrayó March, quien confirmó que el pasado año cerca de 5.000 profesionales sanitarios participaron en actividades presenciales organizadas por esta institución.
Retos en diabetes
La diabetes y comorbilidad, al ser un problema de salud relevante por prevalencia e impacto en resultados de salud, que requiere de un gran esfuerzo de investigación. En los estudios relacionados con esta enfermedad, el foco se centra en la prevención, así como en la transferencia de la investigación a la práctica clínica y la incorporación de la tecnología aplicada en las personas con diabetes con criterios de eficiencia.
En esta línea, María Asunción Martínez, directora del Plan Integral de Diabetes de Andalucía (Pidma), destacó la necesidad de potenciar especialmente la investigación en medidas de intervención orientadas a la prevención de la diabetes en población de alto riesgo y la investigación clínica en aquellos aspectos relacionados con la diabetes que tienen un impacto en salud relevante.
Pese a todo ello, este grupo de pacientes de especial complejidad plantean algunos retos asistenciales importantes que van desde la prevención de las complicaciones asociadas a la diabetes, pasando por la detección precoz de éstas, hasta la atención coordinada y rápida en las situaciones de especial complejidad. En lo que respecta a la prevención, puntualizó Martínez, “parte de la solución está en la optimización del control de los factores de riesgo y la educación terapéutica para dotar a los pacientes de herramientas necesarias para el autocuidado”.
Retinopatía diabética
En el campo de la detección precoz, donde ya se ha implantado con éxito un programa de despitaje de retinopatía diabética, hay que ser capaces de ganar en eficiencia, ampliando el perfil del profesional de cribado y potenciando el desarrollo tecnológico que agilice la gestión y lectura automatizada de las retinografias, matizó.
La comorbilidad entre pacientes con diabetes representa una prioridad nacional que, en el caso de Andalucía, se materializa en la puesta en marcha del Plan Pidma. A través de esta iniciativa regional, adscrita al IV Plan Andaluz de Salud y a la Estrategia de Calidad de la Consejería, se busca reducir la incidencia de diabetes en Andalucía y disminuir la frecuencia no conocida en esta comunidad, además de reducir el impacto en morbimortalidad y mejorar la calidad de vida de las personas con esta enfermedad, entre otros muchos objetivos.
Estilos de vida saludable
En términos generales, según explicó Martínez, el plan se centra en la prevención de la diabetes tipo 2 a través de medidas de abordaje de la obesidad y el fomento de estilos de vida saludables; el diagnóstico precoz; y la educación terapéutica adaptadas al ámbito de actuación en atención primaria y hospitalaria; además de garantizar la atención compartida y la coordinación interniveles en los casos de especial complejidad.
De manera específica, la iniciativa tiene por objetivo impulsar la investigación de excelencia y garantizar la formación continuada de los profesionales a través del diseño de itinerarios formativos específicos, además de favorecer la comunicación entre profesionales y estos también con los ciudadanos.