En la década de los cincuenta las enfermedades de primera infancia, diarrea y neumonía eran las principales causas de muerte en el país. En la década de los noventa el cambio fue radical: enfermedades del corazón y condiciones como diabetes ocuparon los primeros lugares y se han mantenido en ese sitio.
A nivel mundial la preocupación por los altos índices de prevalencia de estas enfermedades son alarmantes por los millones de personas que las padecen, que mueren a causa de ellas y porque el panorama a futuro no es alentador.
Recientemente las autoridades mexicanas, en el marco del Día Mundial de la Diabetes, realizaron una declaratoria de emergencia epidemiológica por diabetes; ésta es la primera vez que se hace para una condición no infecciosa, subrayando la urgencia de tomar acciones para prevenir esta condición y promover un estilo de vida saludable.
Atento a esta necesidad, el Centro de Opinión Pública de la Universidad Tecnológica de México (UNITEC), en colaboración con la Federación Mexicana de Diabetes, A.C. realizó una encuesta a 474 personas a nivel nacional para conocer su opinión sobre los hábitos que se tienen para llevar una vida saludable, con un enfoque en la prevención de diabetes.
Una de las aportaciones más interesantes de la encuesta es que permite identificar que esas prácticas cotidianas que se realizan sin tomar en cuenta el vínculo entre ellas tienen consecuencias en nuestro estado de salud y hay poca disposición a tomar acciones preventivas en torno a condiciones como diabetes, sobrepeso u obesidad.
Valorar nuestro estado de salud abarca más allá de no estar enfermo, es un reflejo de diferentes acciones, entre ellas, nuestra alimentación, la actividad física que realizamos, el tiempo que descansamos, incluso de nuestro estado de ánimo.
La encuesta reporta que 60% de los mexicanos considera que su estado de salud es bueno y 70% se siente satisfechos con esa condición de salud por considerar que su alimentación es saludable, porque practican ejercicio, realizan actividad física o simplemente porque no tienen un malestar.
Aunque los encuestados dicen estar preocupados por su alimentación (83%) en el plano cotidiano el porcentaje se reduce, ya que sólo 62% conoce el plato del bien comer y 65% considera que tiene una alimentación balanceada. ¿Qué tan balanceada es la alimentación en la práctica de los encuestados?
Empezando con el desayuno, considerado como el alimento más importante del día, sólo la mitad de los participantes desayuna los siete días de la semana antes de iniciar sus actividades cotidianas. El 13% manifiesta no comer verduras y los tacos, chilaquiles y tamales están entre los alimentos favoritos de los mexicanos.
La encuesta devela que casi la mitad de los entrevistados no realiza ejercicio porque no tiene tiempo (41%) o porque le da flojera (16%) o simplemente porque no gusta de realizar alguna actividad física, incluso hay quien declara que no lo hace porque produce cansancio. Esto resulta interesante si se considera, por un lado que, 80% se cansa cuando sube escaleras y 59% cree que su peso afecta su salud. Sentirse fatigado, sin duda, no es agradable y su sensación desmotiva a las personas a practicar un deporte o hacer alguna actividad física.
También, 14% de los participantes en la encuesta dijeron tener diabetes (diagnosticada por un médico). A pesar de reconocer que es una condición grave, un tercio toma su tratamiento sólo cuando se siente mal y 68% no checa sus niveles de glucosa como debería; 32% de quien nunca mide su glucosa sostiene que no lo necesita, incluso desconocen cómo hacerlo.
El desconocimiento de la diabetes, sus síntomas, cuidados y consecuencias es, sin duda, uno de los aspectos prioritarios sobre los cuales debe trabajarse: transmitir información, tanto para quien vive con ella como para quien podría desarrollarla en el futuro es el gran reto de autoridades e instituciones de manera que podamos inculcar a la población que llevar una vida saludable es posible y que requiere estar atento y trabajar en diferentes terrenos; estar conscientes que alimentación, descanso, ejercicio, mantener un peso saludable, visitar con regularidad al médico, llevar un tratamiento en caso de requerirlo es fundamental ya que garantizará una mejor calidad de vida, tanto para cada uno de nosotros como de la familia pues los costos de vivir con una condición siempre serán mayores.
No se trata de satanizar los alimentos que comemos, se trata de tener una alimentación balanceada acorde a las actividades que realizamos, y hacer ejercicio. Esta combinación, además de prevenir una condición preocupante en términos de salud como lo son el sobrepeso y la obesidad reduciría el principal factor de riesgo de diabetes tipo 2 y de las enfermedades cardiovasculares.
Resulta imperativo trabajar sobre estas dos líneas porque la población que está siendo más afectada es joven, económicamente activa, y esa condición impacta seriamente la dinámica de la familia, su economía y la del país, la cual, al menos en el ámbito de salud, ha sufrido una importante disminución para el siguiente año con el recorte de presupuesto.
Investigadora del Centro de Opinión Pública Laureate México