Por lo general, las personas con diabetes tienen una presión sanguínea más alta que la población sin la enfermedad. El problema es que, cuando es elevada, la presión sanguínea aumenta de forma muy significativa el riesgo de desarrollo de enfermedades cardiovasculares.
En consecuencia, la recomendación es que los pacientes con diabetes tomen tratamientos antihipertensivos para, así, lograr unos niveles de presión sanguínea inferiores a los exigidos en la población general. Pero como muestra un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Umeå (Suecia), esta intensificación del tratamiento hipertensivo puede resultar muy contraproducente, cuando menos en el caso de la diabetes tipo 2.
Concretamente, el nuevo estudio, publicado en la revista «BMJ», muestra que los tratamientos antihipertensivos pueden incrementar el riesgo de mortalidad por causas cardiovasculares en los diabéticos con una presión arterial sistólica (PAS) inferior a 140 milímetros de mercurio (mmHg).
Como explica Mattias Brunström, director de la investigación, «nuestros resultados muestran que la disminución intensa de la presión arterial con el uso de fármacos antihipertensivos puede ser muy nociva para las personas con diabetes y una PAS inferior a 140 mmHg. Pero de la misma manera, debe tenerse en cuenta que el tratamiento antihipertensivo es crucial para la mayoría de diabéticos con cuya presión sanguínea sea mayor de 140 mmHg».
Diabéticos tipo 2
El objetivo del nuevo trabajo fue evaluar los efectos de los fármacos antihipertensivos en las personas con diabetes. Y para ello, los autores revisaron los resultados de todos los estudios que, a este respecto, ya se han publicado hasta el momento en las revistas científicas.
El nuevo análisis de los datos publicados –o ‘metanálisis’– mostró que los efectos de la terapia antihipertensiva dependen de los niveles de presión sanguínea que tenga el paciente antes de iniciar el tratamiento. Así, y en caso de que la PAS fuera de 140 mmHg, la toma de fármacos antihipertensivos se asocia con una disminución del riesgo de infarto de miocardio, ictus, insuficiencia cardiaca y mortalidad general.
Por el contrario, y en el caso de que el paciente tenga una PAS inferior a 140 mmHg, el tratamiento con antihipertensivos aumenta el riesgo de muerte por causas cardiovasculares.
Cuando se trata de la hipertensión arterial, el infratratamiento es un problema mayor que el sobretratamientoMattias Brunström
Y este efecto contraproducente, ¿es aplicable a todos los pacientes con diabetes? No. Como indican los autores, «nuestros resultados se han obtenido casi exclusivamente de los datos de los pacientes con diabetes tipo 2 y tratamiento hipertensivo previo. Por tanto, no se pueden extraer conclusiones de lo que ocurre en el caso de la diabetes tipo 1 o de los pacientes diabéticos con niveles de presión normales».
Mejor pasarse que quedarse corto
Pero en este contexto, recuerda Mattias Brunström, «debe tenerse en cuenta que, cuando se trata de la hipertensión arterial, el infratratamiento es un problema mayor que el sobretratamiento».
Sea como fuere, concluye el director del estudio, «la mayoría de las guías de práctica clínica deberán ser reescritas en los próximos años. Y es que la recomendación de lograr unos objetivos de presión sanguínea inferiores, y a veces tan bajos como 130 mmHg, para las personas con diabetes resulta controvertida. Esperamos que nuestro estudio, en el que se muestran los riesgos potenciales del tratamiento antihipertensivo intensivo, sean tenidos en cuenta en las futuras guías».