Por sus altos niveles de omega 3, el consumo de los pescados azules (bonito, caballa, jurel y anchoveta) ayuda a prevenir y contrarrestar la diabetes tipo 2.
A comer pescado no solo debería ser el nombre de un programa del Ministerio de Producción. A comer pescado debería ser una consigna y una costumbre que vaya más allá del cebiche celebratorio o de esa parihuela que levanta los ánimos.
Y no es que pretendamos escribir una apología sobre el consumo de los ricos pescaditos. Lo que queremos es informar, difundir y recordar, como lo hizo hace unos días la nutricionista D´Janira Páucar, que, por ejemplo, el consumo de los llamados pescados azules, como el bonito, la caballa, el jurel y la anchoveta, permiten combatir y controlar la diabetes.
Páucar, profesional del mencionado programa del Ministerio de la Producción, explicó, en el Día Mundial de la Diabetes celebrado el lunes, que el omega 3 de esas especies incrementa los niveles de adiponectina, hormona que ayuda a reducir la glucosa en la sangre y a prevenir el riesgo de desarrollar resistencia a la insulina.
“El omega 3 -agregó- mejora también la capacidad de la insulina de convertir la glucosa en energía, acción necesaria para el buen funcionamiento del organismo”.
Finalmente, la nutricionista recomendó evitar freír el pescado, pues la cocción genera elementos nocivos para el organismo que pueden acarrear enfermedades crónicas. Los mejores métodos de preparación son: al horno, sancochado, al vapor, a la parrilla, o la plancha.