La diabetes tipo 1 es la forma más usual del trastorno metabólico que se presenta en niños y adolescentes. Es una patología que aparece de forma abrupta y no se puede prevenir. La terapia actual es la infusión frecuente y de por vida de insulina, una hormona fundamental para el control del azúcar en la sangre.
La médica endocrinóloga, Daniella Wildman, indicó que la condición puede presentarse a cualquier edad, pero es después de los nueve meses de nacido cuando se confirma o cataloga como diabetes tipo 1. Agregó que generalmente es más frecuente detectar la patología en la edad escolar, inicialmente por sospechas del pediatra, que refiere a un endocrinólogo para confirmación y tratamiento.
Esta patología ocurre cuando el sistema inmunológico, (el que defiende contra virus y bacterias) busca y destruye las células del páncreas productoras de insulina. “La interacción de factores medioambientales con una serie de variantes genéticas, tiene como resultado la alteración del sistema inmune que provoca la afección. Por dicha razón es, hasta el momento, una condición que no es prevenible ni curable”, resaltó la presidenta del Capítulo Zulia de la Sociedad de Endocrinología de Venezuela.
Tres claves terapéuticas
Actualmente la forma de tratar la diabetes tipo 1 es administrar insulina a un niño a través de inyecciones subcutáneas, bajo un esquema que se repite varias veces al día. Esta medida va acompañada con una alimentación balanceada y ejercicio frecuente para mantener un óptimo control metabólico y alejar el deterioro de los tejidos, arterias y órganos.
Los médicos buscan emular la presencia fluctuante de la hormona en el organismo. El páncreas produce altos niveles de insulina cuando se come, y emite una baja cantidad entre comidas. Gracias al avance de la ciencia médica se han producido hormonas sintéticas con mejores características que ayudan a recrear ese patrón natural. Las más nuevas se denominan análogos de insulina.
“Los análogos de insulina son los más idóneos para el tratamiento de la diabetes, debido a que su acción es la más parecida a la liberación endógena de insulina y se ha comprobado que los paciente mejoran en su control metabólico, disminuyendo las complicaciones a largo plazo”, comentó la especialista.
Pinchazo necesario
La administración de la insulina en niños puede resultar un reto para los padres. En ese sentido la doctora Wildman aconseja explicarles a los pequeños las causas y la importancia de cumplir el tratamiento. Se puede conseguir ayuda del psicólogo y es muy importante el apoyo de toda su familia. Se sugiere usar dispositivos de infusión amigables que causen menos dolor y traumas.
La condición de un niño con diabetes tipo 1 debe ser informada a las personas que se encuentren a su alrededor o bajo su cuidado, para actuar en caso de una emergencia. La hipoglucemia es una complicación que puede llevar a la pérdida de conocimiento e incluso convulsiones. “Por eso los maestros deben prestar atención cuando el niño refiera sentirse mal y contactar a sus padres”.
La diabetes en un niño es desafiante para él y para su entorno. Seguir las indicaciones del especialista, en las que se incluye la inyección de insulina, una dieta balanceada y la actividad física frecuente, es la base para lograr un crecimiento saludable y sin limitaciones en comparación con niños sin la condición.