La gesta de Daniel Fernández y la asociación Anedia también pretende recaudar fondos para formar a monitores

Salió el sábado a las 14 horas del puente internacional de Tui. Ayer, a las doce del mediodía, Daniel Fernández entraba en el Obradoiro acompañado de un nutrido grupo. Menos de 22 horas, ese era el objetivo que se había marcado el joven de Gondomar para ayudar a la Asociación de nenos e nenas con diabetes de Galicia (Anedia).

Esta etapa de 120 kilómetros del Camino Portugués a pie era el último de los tres retos que durante los últimos meses llevó a cabo Daniel Fernández con la finalidad de dar visibilidad a los pequeños que padecen esta enfermedad. Antes había también hecho el recorrido Gondomar-Santiago-Gondomar en bicicleta y un maratón de 24 horas en bicicleta. «Este último del Camino Portugués fue el más duro», relata el protagonista, que durante el trayecto estuvo acompañado por dos ciclistas y por Marta Fernández, secretaria de Anedia. Además, en diferentes momentos de la noche, llegaron a acompañarle 13 personas. En la iniciativa también colaboró Asampo.

El frío durante la noche y las cuestas finales fueron lo peor. También constituyó el reto más difícil a nivel logístico, con miembros de Anedia siguiéndolos en coche para ofrecerle alimentos y cobertura.

La presidenta de Anedia, Ana Pérez, destacó la importancia de esta iniciativa para que se conozca más la realidad de los niños que sufren diabetes y, al mismo tiempo, recaudar fondos -tienen un número de cuenta abierto para recibir colaboración- para formar a monitores, de manera que conozcan como tratar a estos pequeños. En estos momentos, el colectivo, de ámbito gallego, cuenta con un centenar de socios. La próxima actividad prevista será la tercera edición de la Milla pola Diabete, en Pontevedra.