Los antibióticos son medicamentos potentes que destruyen las bacterias, y que sirven como salvavidas cuando una infección causada por microbios peligrosos debe ser superada. Sin embargo, recientes estudios aseguran que la mitad de todas las recetas que recomiendan el uso de antibióticos son erróneas.
Además, la investigación explica que los padres utilizan este tipo de medicamentos en los niños en promedio dos veces más de lo que se debería usar. Regularmente las personas quieren resolver todo con antibióticos desde malestares estomacales hasta dolores de cabeza.
Lo alarmante del caso es que dentro de la investigación se encontraron vínculos entre el uso temprano de los antibióticos y el aumento de las enfermedades crónicas.
El estudio, publicado en la revista científica Nature Microbiology, fue aplicado a ratones y permitió descubrir vínculos entre la diabetes tipo 1 y el uso de los antibióticos.
La diabetes tipo 1, es una enfermedad autoinmune diagnosticada sobre todo en la infancia, tiene una influencia genética, además se sabe que a partir de la Segunda Guerra Mundial incrementaron los casos, y cada vez está afectando a más niños. "Eso significa que hay algún aspecto ambiental fuerte", explicó el Dr. Martin Blaser, autor del estudio y profesor de microbiología.
Blaser está seguro de que el uso generalizado de antibióticos está impulsando este aumento. Por eso, en su nuevo estudio trató a un grupo de ratones diabéticos y los separó en dos grupos, al primero le dio una dosis muy baja, que imitaba la cantidad dada a los animales en las granjas, y al segundo les administró una más alta, que representaba la misma cantidad que se le suele dar a los niños para tratar infecciones del oído o de la garganta.
Los investigadores encontraron que en los ratones machos con diabetes, entre más pequeños de edad y más grande fuera la cantidad de antibióticos que consumieron, se "aceleraba su diabetes progresivamente", afirmó Blaser. Además dijo que este efecto no sucedió con las dosis bajas.
En cuanto a los ratones hembra se observaron efectos mixtos, lo cual muestra que necesitan más investigación. “Los ratones no son lo mismos que los seres humanos, por lo que los resultados no se pueden extrapolar más allá de ellos”, afirmó el encargado del estudio.
Por lo pronto, los investigadores le sugieren a los médicos pensar cuidadosamente acerca de si su joven paciente realmente necesita un tratamiento de antibióticos antes de recetarlo. "Creo que necesitamos que los exámenes médicos sean más detallados, y que así como los médico, los padres también entiendan que los antibióticos no se pueden usar tan deliberadamente”.