Una investigación novedosa a nivel internacional realizada conjuntamente por la Universidad de Alicante (UA) y la Miguel Hernández (UMH) de Elche sugiere la relación entre la presencia en sangre o en otros fluidos corporales del compuesto químico Bisfenol A con el desarrollo de la diabetes tipo 2.
El Bisfenol A (BPA) no deja de ser el resultado de las sociedades avanzadas, ya que es utilizado en ingentes cantidades para fabricar plásticos, así como resinas presentes en latas de conservas, empastes dentales y otros utensilios cotidianos.
Varios estudios científicos sostienen que este disruptor endocrino bloquea o interfiere en las acciones de las hormonas, concretamente de los estrógenos, y lo consideran un factor de riesgo asociado a varias enfermedades, como la obesidad y la diabetes, y algunos tipos de cáncer.
Los investigadores del Departamento de Fisiología, Genética y Microbiología de la UA Juan Martínez-Pinna y Sergi Soriano, junto con los profesores de la UMH Ángel Nadal y Paloma Alonso-Magdalena, referentes internacionales en este ámbito científico, han llevado a cabo un estudio empleando como modelo la célula beta del páncreas endocrino.
La función de esta célula, también denominada beta pancreática, es la de producir insulina (regula los niveles de glucosa en sangre), ha explicado en una entrevista con EFE Martínez-Pinna.
Esta investigación ha constatado que la secreción de la insulina se altera cuando se incuban esas células con dosis relevantes de Bisfenol A desde el punto de vista medioambiental (es decir, una dosis que podría hallarse en la sangre y en los fluidos de cualquier persona que viva en una sociedad desarrollada).
La célula beta pancreática es eléctricamente excitable, característica que comparte con las neuronas.
"Cuando la incubamos con Bisfenol A, esa señal eléctrica, que es una medida indirecta de la secreción de insulina, está alterada", ha revelado Martínez-Pinna.
Los resultados del trabajo sugieren una relación entre la presencia de este disruptor endocrino en la sangre o en los fluidos y el desarrollo de la diabetes tipo 2, causada también por el sobrepeso y la vida sedentaria, ha señalado.
"El Bisfenol A es un estrógeno potente y altera la función de la célula beta pancreática productora de insulina", ha afirmado Martínez-Pinna, quien ha subrayado que la diabetes es "una pandemia que va en aumento".
Según la OMS, los casos de diabetes crecen a gran velocidad; casi 200 millones de personas en el mundo la padecen y se estima que esta cifra se duplique para el año 2030.
El científico ha indicado que ahora están usando la misma metodología de investigación con las neuronas, porque hay estudios que apuntan a la posible vinculación de algunas enfermedades neurológicas con el Bisfenol A.
A este respecto, los datos epidemiológicos evocan que "puede haber relación entre la presencia de Bisfenol A y enfermedades neurológicas como el autismo en niños, por lo que hemos empezado a estudiar qué pasa cuando a una neurona la expones a dosis relevantes de este disruptor endocrino, con la finalidad de determinar si produce algún tipo de efecto o no", ha especificado.