Los primeros recuerdos que tengo de la diabetes con 6 años son las noches muriendome de sed, me levantaba muy despacio para que nadie me oyera, bebía del grifo subida a una silla porque un vaso no calmaba la enorme sed.
Pero mi madre siempre me escuchaba y se levantaba, ni ella ni yo sabíamos lo que estaba ocurriendo, mi madre me llevó al médico de cabecera, su diagnóstico fue "como se nota que es hija única... dígale que duerma y no le haga caso, verá como se le pasan los mimos", yo y mi gemela somos las pequeñas y sumamos 4 hermanas..., mi madre sabía que no era eso, que pasaba algo, después de varias visitas a diferentes especialistas se les dio un diagnóstico de "diabetes juvenil".
Recuerdo que fuí con mis padres al médico y ambos lloraban, la médico les dijo que no pasaba nada, que era una niña muy valiente y me preguntó, ¿a que si? Yo dije orgullosa "sí", y le di un beso a mi madre. Desde ese día nunca los volví a ver llorar delante mía por este motivo.
Recuerdo que despues de eso la entrada en el hospital, acompañada de mi madre y mi padre, a una distacia grande de nuestra casa, recuerdo los pinchazos en las piernas y brazos con unas agujas enormes, recuerda la comida sin sal y el todo sin azúcar, recuerdo sobre todo un día en el que me rebelé, no permitieron a mi madre estar mientras me pinchaban y lloré, grité, di patadas....... Mi madre estaba detrás de puerta sufriendo seguro más que yo, al final la dejaron entrar y la enfermera le dijo "esta niña está muy consentida si sigue así a ver como le va...." mi madre le contestó "es una niña de 6 años que no sabe muy bien que está pasando ni porqué le ha cambiado la vida de repente, es normal que no entienda que está pasando y se rebele." Ese día la quise aun más ;)
Siento que he tenido una infancia muy, muy feliz, mis hermanas, mi familia, mis amigos siempre me han hecho sentirme muy querida, y lo hemos pasado de maravilla.
A los 11 años, mi hermana gemela le dijo a mi madre que tenía mucha sed, mi hermana sabía, como yo, lo que eso significaba, mi madre le hizo una prueba de sangre y bingo!, mi hermana también era diabética, desde ese momento estábamos los dos, para bien y para mal.
Pasamos una adolescencia rebelde y muchos aspectos, entre ellos el azúcar que nos había estado prohibido durante años, a veces nos escondiamos y comiamos gominolas..... eso suponía un importante aumento de glucosa.... Pero en ese momento....
Pasado ese tiempo salimos de casa para ir a la universidad, fue una época absolutamente maravillosa ... De independencia, de vida de estudiante y de sentirme plenamente integrada, me presentaba a las elecciones de faculdad, haciamos muchimas cosas por los demás, y nos parecía que cambiariamos el mundo ;). Mi hermana y yo acabamos derecho, y empezó la parte de separarnos, buscar trabajo.... La vida en si.
Hoy tengo 38 años, no tengo hijos (por decisión propia) mi hermana tiene dos hijos preciosos, tengo un trabajo que me apasiona, estoy divorciada, vivo sola y soy muy muy feliz, pues si..., y pensando en el pasado es verdad que no fue fácil, pero hoy en día la diabetes y yo, tenemos un acuerdo mutuo de respeto, de trato de igual a igual, en cierto sentido no me imagino sin ella, pero puedo decir que somos amigas y nos conocemos mucho, mi vida hasta la fecha ha sido plena y feliz.