Una súbita baja de peso, la insaciable sed que padecía y el cansancio permanente fueron las causas que llevaron a Ana Midence, de 28 años, a la consulta médica. El diagnóstico fue inesperado, pues no imaginó que los síntomas que presentaba eran causa de la diabetes.
De acuerdo con Midence, antes de la evaluación médica ingería refrescos de soda en cantidades, alimentos fritos y golosinas sin límite. Todo este patrón alimenticio cambió desde el momento en que fue informada de su problema de salud y que en caso de no cuidarse podría llevarla a la muerte.
Ahora su alimentación está basada en una dieta nutritiva. Este cambio en el estilo de vida ahora lo comparte con las personas que le rodean o todo aquel con quien entabla una conversación, pues además conoce que con más de 100,000 capitalinos que padecen la enfermedad. Del total de pacientes que presentan esta patología y que acuden al Hospital Escuela Universitario (HEU) un 20% son personas jóvenes. De igual manera la diabetes se encuentra en el primer lugar de morbilidad en conjunto con la hipertensión, informó Omar Videa, especialista del HEU.
Atención en la capital
En el Distrito Central funciona el Instituto Nacional del Diabético, el cual atiende a unos 200 pacientes con la enfermedad cada día. Del total de enfermos que llegan cada día al establecimiento asistencial el 40% son personas menores de 50 años y en su mayoría mujeres. En lo que va del año, en el centro especializado se han atendido unos 12,000 pacientes.
“Estamos trabajando en la capacitación de personal en los establecimientos de salud para que desde allí se brinde atención a las personas que requieran control de esta enfermedad”, explicó Nubia Díaz, representante del Instituto. De igual manera informó que dentro a la fecha se ha logrado reducir en un 70% las complicaciones de las personas que viven con esta enfermedad. Las mejoras de las condiciones de los pacientes se ha logrado a través de la educación, de acuerdo con Díaz. “El principal factor para permitir al paciente una mejor condición de vida es la educación”, manifestó.
Apoyo de la comunidad
Con más de 8,000 afiliados en la capital, la Asociación de Diabéticos asiste desde hace décadas a las personas con esta enfermedad, que por cincuenta lempiras se afilian al gremio. “Nosotros colaboramos con el pago de cuatro enfermeras y de la vigilancia”, informó Óscar Flores, administrador de la Asociación. Los integrantes de esta agrupación explicaron que en la actualidad se requiere de un nefrólogo. En el Hospital General San Felipe se mantiene a la disposición de los enfermos una la clínica Honduras Actívate que posee un equipo profesional para asistir a los pacientes con diabetes, hipertensión y otras enfermedades no transmisibles.
Servicio local
En el establecimiento de Salud de la colonia San Miguel también funciona un club para personas afectadas con diabetes. El club está conformado por unas 300 personas, pero de manera constante participan unos 100. “Nosotros realizamos caminatas, actividad física, capacitaciones para que nuestros pacientes se sientan apoyados y pierdan el temor a sufrir una amputación de un miembro de su cuerpo”, explicó Ericka Flores, trabajadora social