¿Existen algunos síntomas que nos pongan en alerta ante un posible caso de diabetes?
La de tipo 1 sí tiene síntomas. Afecta a la población más jóven. El páncreas no produce insulina y requiere de una inyección. No es hereditaria y afecta al 10% de los más de 30.000 diabéticos que hay en Cartagena, al margen de otros 13.000 que no lo saben. Suele detectarse por varios síntomas: sed excesiva, orinar mucho, hambre aunque adelgazan por mucho que coman y cansancio generalizado. Con un control de glucosa el médico lo detecta enseguida.
El tratamiento es personalizado depende de la actividad que haga el niño o el adulto y de lo que coma. La diabetes tipo 2 es más frecuente. Se caracteriza por la producción insuficiente de insulina y una inadecuada utilización de la misma. Primero se utilizan pastillas y luego inyecciones. El problema es que es asintómatica. La gente piensa que la de tipo 1 es más peligrosa, pero la diabetes de tipo 2 puede tener años de evolución hasta que desemboca en un infarto o un ictus.
¿Cómo se debe actuar ante la diabetes de tipo 2 si no presenta ningún síntoma?
Yendo al médico una vez al año y haciéndose una analítica tanto los mayores como los niños y jóvenes. Cuanto antes se detecte mejor porque si no puede afectar a la vista, riñones, corazón, cerebro o pies, entre otros órganos.
La diabetes, ¿debuta a una edad temprana o la padecen indistintamente menores, jóvenes y adultos?
Desde que naces hasta que mueres te pueden diagnosticar una diabetes. Hay niños a los que se les detecta con meses y personas a las que se les diagnostica con 80 años. La vida que llevamos hace que cada vez haya más diabetes, cada vez comemos peor y llevamos una vida sedentaria.
Hay que ponerle remedio con una alimentación sana y ejercicio, al menos tres veces por semana. El mayor enemigo de la diabetes es el sofá, hay que moverse, es imprescindible. Es un banco de tres patas: alimentación, tratamiento y deporte. Los niños tienen que tener una educación diabetológica adecuada, igual que estudian matemáticas y lengua. Y los mayores también.
¿Por qué motivo, pese a las campañas preventivas, sigue habiendo tanta gente que tiene diabetes y ni siquiera lo sabe?
La gente tiene miedo a conocer el diagnóstico, pero d¡el mayor miedo es no estar diagnosticado porque el daño es irreversible.