El uso de los análogos de GLP-1 en el tratamiento de la diabetes tipo 2 mejora la adherencia al tratamiento de los pacientes y minimiza futuras complicaciones, según han asegurado diversos expertos durante la mesa redonda 'Criterios de utilización de los GLP-1: datos de la vida real con liraglutida', celebrada en Valencia, con el patrocinio de Novo Nordisk, en el marco del reciente 37º Congreso Nacional de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN).

Se trata de fármacos que actúan a través del receptor de la incretina del mismo nombre, una hormona responsable, entre otras cosas, de estimular la secreción de insulina. "Aunque siempre hay que tener en cuenta las características del paciente a la hora de elegir una opción terapéutica u otra, gracias a los análogos de GLP-1 podemos aspirar a objetivos de control más ambiciosos y a reducir las complicaciones asociadas al tratamiento", ha comentado el jefe del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitari La Fe de Valencia, Juan Francisco Merino.

Asimismo, el jefe del Departamento de Endocrinología de Hospitales Quirón Salud Madrid, Esteban Jódar, ha asegurado que, con esta nueva familia de fármacos, se puede prevenir o paliar la aparición de algunas de las complicaciones más habituales asociadas a la diabetes, como las hipoglucemias o el sobrepeso y, con ello, mejorar la calidad de vida de los pacientes, además de sus efectos favorables en otros aspectos como la presión arterial u otros factores de riesgo vascular.

"La terapia basada en análogos de GLP-1 no es un tratamiento que esté limitado a una fase concreta de la diabetes, porque, en realidad, cuando abordamos el tratamiento de un paciente, hemos de tener en cuenta que puede tener distintos grados de reserva de insulina", ha recalcado Merino.

Por tanto, la utilización de GLP-1 puede tener efectos beneficiosos desde las fases más precoces de la enfermedad hasta las más avanzadas. De hecho, tal y como ha indicado el experto del hospital valenciano, en las fases iniciales de la diabetes, los análogos de GLP-1 van a ser beneficiosos no sólo en términos de control glucémico, sino también en lo relacionado con el control de peso y con la reducción del riesgo de hipoglucemias. Mientras que, prosigue, en fases avanzadas, la asociación de GLP-1 con insulina basal va a permitir un "muy buen" control del paciente con menos bajadas de azúcar y con un beneficio a la largo plazo en su calidad de vida.

BENEFICIO EN LOS CONTROLES GLUCÉMICOS

Desde el punto de vista del paciente, son también fármacos bien aceptados. En este sentido, el experto ha recalcado que el paciente se adhiere rápidamente al tratamiento porque observa un beneficio en los controles glucémicos y una reducción del peso de forma sostenida.

En cualquier caso, los especialistas han destacado la importancia de prescribir el fármaco más adecuado al perfil de cada paciente lo antes posible. Para ello, han afirmado que una de las características esenciales a tener en cuenta con las nuevas terapias antidiabéticas debe ser su capacidad para alcanzar los objetivos de control glucémico minimizando el riesgo de hipoglucemias.

"Los agonistas del receptor de GLP-1 aportan estas ventajas frente a los tratamientos clásicos. De hecho, los últimos datos de estudios sobre uno de los primeros fármacos de ese tipo, liraglutida, basados en la práctica clínica habitual, no solo confirman sus buenos porcentajes de eficacia y seguridad en los ensayos clínicos, sino que además los incrementan", ha argumentado Jódar.

Asimismo, este experto ha hecho referencia a resultados del estudio Diabetes MONITOR, realizado en España por el Grupo de Diabetes de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN). "Sus datos avalan la eficacia de liraglutida para conseguir más de un punto de reducción en la hemoglobina glicosilada. Además, hubo reducciones significativas de glucemia basal, una pérdida de peso media de casi 5 kilos, mejorías de la presión arterial sistólica y diastólica y reducciones del colesterol, entre otros beneficios", ha enfatizado.

Por último, Jódar ha insistido en que este grupo terapéutico de fármacos es "muy valioso" tanto para diabetólogos como para endocrinos, ya que permite reducir las glucemias sin inducir hipoglucemias, las cuales no sólo afectan enormemente a la calidad de vida del paciente sino que también aumentan el riesgo de problemas cardiovasculares y diversas complicaciones, como fracturas.

"Y, además, induce pérdida de peso y reducción del apetito tanto a nivel central como potencia la saciedad al retrasar el vaciamiento gástrico. Todo esto, junto a una reducción de la presión arterial, neutraliza en gran medida los efectos adversos cardiovasculares y mejora de forma notoria la calidad de vida del paciente con diabetes tipo 2", ha concluido.