La hipertensión es una enfermedad que no solo implica riesgo de daño al corazón y los vasos sanguíneos de órganos como el cerebro y los riñones, sino que puede anteceder a la diabetes.
La relación entre estos males no solo se debe a mecanismos comunes, sino al vínculo que ambas establecen con el azúcar, advirtió Enrique Hong Chong, del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav).
Los principales mecanismos que generan hipertensión en los pacientes con predisposición a presentar diabetes, es la hiperactividad del sistema nervioso simpático.
Además, del sistema hormonal que ayuda a regular la presión sanguínea, el volumen corporal, la retención de sal, y la obesidad abdominal, explicó el científico en un comunicado del Instituto Politécnico Nacional (IPN).
"La creencia popular de que consumir sal en grandes cantidades determina el aumento de presión arterial es acertada, pero estudios recientes han demostrado que el azúcar es un factor de riesgo, no sólo para la diabetes, sino también para disparar la tensión", apuntó.
El consumo de bebidas azucaradas y golosinas de pan incrementan la presión arterial porque disminuyen las concentraciones de óxido nítrico en sangre, sustancia que regula el aumento del diámetro de los vasos sanguíneos y su ausencia contrae las arterias e incrementa el riesgo de hipertensión arterial, mencionó.
En los diabéticos que necesitan insulina, la hipertensión suele diagnosticarse años después del comienzo de la enfermedad, una vez que la función renal empieza a deteriorarse. En tanto, en pacientes con síndrome metabólico el diagnostico de hipertensión se hace a la vez o incluso antes que la diabetes, expuso el académico.
La investigación de Hong Chong revela que la administración de glucosa o fructuosa en grandes cantidades aplicadas a ratas, incrementó la actividad del sistema hormonal que regula la presión sanguínea, lo que produjo aumento de la presión arterial, elevación de triglicéridos, y ácido úrico, indicios que se describen como parte del síndrome metabólico.
El síndrome metabólico, la diabetes tipo 2 y la hipertensión arterial, tienen en común el estrés oxidativo, pues a partir de este se producen sustancias donde el oxígeno actúa en forma dañina lesionando diversos tejidos.
"A pesar de ser un cambio que sucede durante horas, si el consumo de azúcares es continuo se genera un refuerzo en el organismo hasta alterarlo", agregó Hong Chong.