Las personas con diabetes tipo 2 pueden llegar a ganar entre 3 y 5 kilos de peso en verano debido a la relajación de los hábitos en esta época del año.
Las personas con enfermedades crónicas como la diabetes pueden verse afectadas por las altas temperaturas y la humedad propias del verano. Esto, junto con la relajación o abandono de los hábitos propios de esta época del año, pueden hacer ganar entre 3 y 5 kilos de peso a las personas con diabetes tipo 2, así como empeorar el control de la enfermedad, dando pie a la aparición de complicaciones asociadas.
Y es que hasta el 35% de españoles con diabetes tipo 2 tienen nefropatía diabética, mientras que las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de mortalidad entre estos pacientes3. Otras complicaciones como la retinopatía diabética, una de las principales causas de ceguera, tiene una prevalencia del 40%.
Por ello, especialmente en esta época, es importante no abandonar las pautas del tratamiento y cuidado de la enfermedad que deben seguirse durante todo el año, lo que no va a impedir disfrutar de las actividades habituales del verano como viajar, ir a la playa, pasear o practicar deporte al aire libre.
La mediterránea, la reina de las dietas
El control de la alimentación es fundamental para las personas con diabetes, aunque suele ser el primer hábito afectado por la relajación de los horarios. “Subir unos dos kilos de peso puede ser frecuente para algunos pacientes en esta época del año, así como volver de las vacaciones con unos niveles de glucemia alterados”, señala Mercedes Galindo, Enfermera educadora en diabetes del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Clínico San Carlos (Madrid), Profesora de la Escuela a de Enfermería de la Universidad Complutense y miembro de la Junta Directiva de SED.
La dieta ideal para las personas con diabetes tipo 2 es la mediterránea, donde predomina el consumo de pescado y carne blanca sobre carne roja, legumbres, frutos secos, cereales integrales, frutas y los productos lácteos desnatados. El aceite de oliva virgen debe constituir la grasa de adición fundamental.5
La enfermera experta en diabetes asegura que no es necesario privarse de estos alimentos, pero sí compensarlos durante las comidas: “al mediodía, por ejemplo, se puede preparar un primer plato más contundente introduciendo pasta, arroz o legumbres -como alubias o lentejas- que pueden tomarse frías, en ensalada. El segundo plato será más ligero y puede introducirse el pan, la fruta o la patata como comodín en los casos en que la comida tenga menos cantidad de carbohidratos de los necesarios”.
No al sedentarismo
La intensidad de la actividad física deberá adaptarse a las condiciones de la época estival; es recomendable no abandonar este hábito. Deberán controlarse los niveles de glucemia tanto antes como después del ejercicio para evitar hipoglucemia, y “tomar previamente carbohidratos en mayor o menor cantidad dependiendo de la intensidad y duración del ejercicio (una pieza de fruta, un yogur o un pequeño bocadillo) para compensar los niveles de glucosa”, aconseja Galindo. Sudoración, debilidad, temblores y sensación de cansancio son algunos síntomas de hipoglucemia que deberán tenerse en cuenta6.
Por otro lado, tanto el calor y la humedad como los niveles elevados de glucosa en sangre pueden causar deshidratación, por lo que beber agua de manera constante es una garantía para mantenerse hidratado.
La salud de los pies
El cuidado de los pies también toma protagonismo durante el verano para las personas con diabetes. “Los problemas neurológicos y vasculares provocan la pérdida de sensibilidad en los pies y, si se produce alguna herida que no se identifique a tiempo por no sentir dolor, puede derivar en una infección”, apunta la enfermera. Por ello, se recomienda utilizar calzado cerrado y cómodo y revisar, al final del día, si se tiene alguna lesión con el objetivo de poder tratarla a tiempo.
El Reloj de la Diabetes, una herramienta útil para el verano
Estos y otros hábitos saludables quedan recogidos en El Reloj de la Diabetes: un reloj diurno y otro nocturno que ofrecen, hora a hora, consejos sobre alimentación, ejercicio, controles de glucemia o visitas médicas para ayudar a los pacientes a gestionar su enfermedad las 24 horas del día, convirtiéndose en un buen aliado para el verano.
El Reloj de la Diabetes, una herramienta útil para el verano
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