La Consejería de Salud ha incluido a la diabetes en la Estrategia de Cronicidad para la atención a pacientes con esta enfermedad y la prevención de la aparición de la misma, según ha informado su titular, María Martín.

La consejera y la jefe de Sección de Endocrinología del Hospital San Pedro e impulsora de la estrategia de Diabetes (DM) en La Rioja, María Ángeles Martínez de Salinas, han presentado, esta nueva línea de actuación, que se inicia este mes.

En la Estrategia de Atención al Paciente Crónico, que tiene la finalidad de reorientar el sistema sanitario para mejorar la atención de los pacientes crónicos y disminuir la incidencia de estas enfermedades, la DM (diabetes mellitus) es una de las patologías priorizadas en este proyecto, ha indicado.

Con la de Diabetes, son ya tres las estrategias presentadas en La Rioja, tras las dirigidas a la EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica) y a la Enfermedad Renal Crónica.

Se ha establecido una estratificación de la población para identificar a las personas con riesgo de enfermar y predecir las necesidades de las personas que ya presentan la enfermedad, permitiendo optimizar los programas de prevención y atención.

La segmentación de la población se ha realizado en base a criterios de complejidad clínica, combinados con criterios de utilización de recursos sanitarios.

Un aspecto que destaca en la Estrategia es la realización de un enfoque proactivo y preventivo de la enfermedad frente a una visión curativa.

La prevención de muchas enfermedades crónicas, entre las que destaca la diabetes, está orientada a tratar y corregir factores de riesgo prevenibles y relacionados con malos hábitos y estilos de vida, como el consumo de tabaco, dietas poco saludables y falta de actividad física, mediante intervenciones de bajo coste, alto impacto y basadas en la evidencia científica.

Además, se trata el abordaje de la atención a las personas que ya han desarrollado la enfermedad y que requerirán de unos cuidados continuos a lo largo de la vida, y de una asistencia por diferentes profesionales (equipos interdisciplinares).

Por tanto, en la estrategia se propone utilizar criterios de actuación comunes y vías de comunicación y coordinación efectivas para garantizar la continuidad asistencial entre Atención Primaria y Hospitalaria.

Destaca la importancia de realizar un enfoque integral de los cuidados y necesidades médicas, funcionales y sociales de los pacientes, planificando las intervenciones de manera individualizada en función de dichas necesidades.

Un punto clave de la Estrategia de cronicidad en Diabetes es que la atención se centra en el paciente, que adquiere el rol de cuidador de su propia enfermedad frente al paciente agudo que sólo recibe cuidados.

Más del 90% de las decisiones que influyen en el resultado de los valores glucémicos las debe tomar el propio paciente, por lo que éste debe adquirir, a través de la educación terapéutica en DM, los conocimientos y las habilidades necesarias para capacitarle en la autogestión eficaz de su enfermedad.

En La Rioja, 18.000 diagnosticados

La educación se considera esencial en el abordaje terapéutico de la diabetes, ya que mejora el control metabólico, favorece la adherencia al tratamiento y contribuye a prevenir las complicaciones agudas y crónicas.

Además reduce las hospitalizaciones, el consumo de recursos sanitarios que esta patología ocasiona y ayuda a disminuir la ansiedad y la incertidumbre, al mismo tiempo que reduce el impacto que supone el diagnóstico de una enfermedad crónica.

La diabetes es una enfermedad crónica que aparece cuando el páncreas no produce insulina suficiente (DM tipo 1) o cuando el organismo no utiliza eficazmente la insulina que produce (tipo 2).

La prevalencia de DM en España es del 13.8% de la población y de ellos la mitad de los pacientes desconocen que padece la enfermedad.

En La Rioja 18.000 personas tienen registro de este diagnóstico en su historia clínica, pero se estima que otras 18.000 personas tienen DM no diagnosticada, debido a que en sus etapas iniciales no causa síntomas.

Esto provoca que, en el momento del diagnóstico, casi la mitad de los pacientes presente una o más complicaciones que conllevan una reducción de la calidad de vida y pueden producir mortalidad prematura.

De ahí la importancia de impulsar el despistaje en la población para un diagnóstico precoz de la enfermedad.