España estima que cada año aumentan en 1000 los casos de diabetes infantil.
La diabetes infantil tipo 1 es la segunda enfermedad crónica más común en la infancia, y en España, unos 30.000 niños menores de 15 años la padecen. Un estilo de vida sedentario, malos hábitos alimenticios y factores genéticos y ambientales son la mayoría de las veces los causantes de este padecimiento que ha aumentado entre la población más joven.
Se desarrolla cuando el páncreas no produce suficiente cantidad de insulina para regular los niveles de azúcar en sangre, lo que provoca que éstos sean superiores a los normales. "Para detectarla, los padres deben prestar atención a los síntomas" porque una diabetes mal controlada influye en el desarrollo físico e intelectual del menor y, a la larga, supone complicaciones en la edad adulta, según explican las expertas médicas de Cinfa, Aurora Garre y Esther Cátena.
La diabetes tipo 1 no podemos prevenirla porque está causada por un mecanismo del propio organismo que causa la destrucción de las células que producen insulina. Pero la de tipo 2 sí, que es la que verdaderamente preocupa a los expertos en estas edades. La prevención a través de una buena educación diabetológica debería ser parte fundamental del día a día entre padres e hijos. Los síntomas pueden pasar desapercibidos, porque en la mayoría de los casos parecen inofensivos, pero realizar un diagnóstico precoz resulta clave para el bienestar de los más pequeños.
Estos nueve síntomas pueden indicarnos la presencia de diabetes en el niño
1. Pérdida de peso inexplicable.
2. Sed constante.
3. Dificultades en la visión
4. Hambre desmedida.
5. Orina frecuente y en mayores volúmenes, incluso durante la noche cuando ya no lo hacía.
6. Fatiga y debilidad.
7. Irritabilidad.
8. Infección vaginal en una niña prepuberal.
9. Náuseas, mal aliento, dolor de estómago frecuente y problemas de respiración puede ser signos de cetoacidosis diabética.
Estar alerta ante estos síntomas y recurrir al pediatra ante la menor duda para que realice un análisis de glucosa rutinario es el mejor procedimiento a seguir. Además, ya que los niños pasan gran parte del día en la escuela, los profesores deben conocer los tratamientos específicos de cada caso para poder atender sus necesidades y cuidados.