Jamie Oliver es una de las caras más conocidas de la gastronomía actual. Responsable de varios programas televisivos sobre el tema, el cocinero inglés es también un defensor de la alimentación saludable, sobre todo en los niños.
En este contexto, el chef aboga desde hace años por la instauración en el Reino Unido de un impuesto a las bebidas azucaradas, cuya recaudación se destine a mejorar la educación sobre la comida.
El Parlamento inglés presentó el jueves el presupuesto para este año y el próximo, en el que se incluye la instauración de un impuesto como el pretendido por Oliver, quien manifestó su alegría en las redes sociales en primera instancia.
"¡Lo hicimos! Un impuesto al azúcar en las bebidas endulzadas, un movimiento profundo que tendrá repercusiones en todo el mundo. Los negocios no pueden interponerse ante la salud de los niños", manifestó en Twitter e Instagram el cocinero.
El impuesto, aspecto en el que el Reino Unido es de los pocos países que lo han implementado junto a México, Francia, Dinamarca y algunas ciudades estadounidenses, se implantará en un plazo máximo de dos años, según explicó el Ministro de Economía británico George Osborne.
Se estima que estos impuestos incrementan el costo y reducen las ventas, sobre todo de parte de los sectores de más bajos ingresos, donde la obesidad afecta en mayor número.
Según Osborne, el nuevo impuesto tendrá dos bandas, una para las bebidas con 5 gramos de azúcar por cien mililitros y otra, más alta, para las que tienen más de 8 gramos por cada cien mililitros, y se introducirá dentro de dos años para que el sector tenga tiempo de adaptarse, si lo desea, cambiando sus fórmulas.
El ministro argumentó en la Cámara de los Comunes que "la obesidad trae enfermedades (...) y cuesta a la economía € 35.000 millones al año" y uno de sus causantes, dijo, son las bebidas azucaradas.
El impuesto, con el que se espera recaudar 520 millones de libras (€ 662 millones) al año -que se destinarán al deporte en las escuelas-, no se aplicará a los jugos naturales de fruta ni a las bebidas con base de leche, precisó el canciller del Exchequer.
El impuesto no solo afectará a bebidas como Coca-Cola o Pepsi, sino también a otras como los energizantes o incluso el agua tónica.
Esto ubica al azúcar al mismo nivel que el alcohol y el tabaco para el gobierno inglés, una postura que ha sido celebrada por defensores de la alimentación saludable como Jamie Oliver.
Desde 2006, Oliver ha realizado varias campañas y ha solicitado directamente al gobierno que aplique una política más estricta sobre la alimentación para los niños y jóvenes, principalmente en las escuelas inglesas.
Un ejemplo de esto fue su serie de televisión Jamie School Dinners, en los que viajaba por escuelas que servían platos saludables a sus estudiantes en lugar de la típica comida chatarra, lo que generó un debate público en su país y cambió los tipos de alimentos que se sirven en las instituciones educativas.
El chef inauguró en varias ciudades británicas y australianas lo que llama "ministerios de la comida", centros en los que también se promueve la alimentación saludable.
Entre sus argumentos principales se cuenta el impacto que el azúcar de las bebidas como las que han sido gravadas tiene en la causa de enfermedades crónicas como la diabetes o como factor de riesgo de la obsesidad.
El problema de estas bebidas es que le proporcionan al consumidor una gran cantidad de azúcar sin que esté acompañada de beneficios nutricionales o sin generar saciedad.
De todas formas, no han faltado quienes criticaron al cocinero por presentar también en su sitio web recetas que incluyen altos contenidos de azúcar, además de algunas dirigidas a niños.
Fuente: El Observador y EFE