En España, cada año se producen 1.100 nuevos casos de diabetes tipo 1 en menores de 15 años. "Sin duda, la adaptación a esta nueva situación, que acompañará al niño durante toda su vida, es uno de los aspectos más difíciles que requiere una amplia información y un aprendizaje continuo, tanto para los padres como para el propio niño, para que su progreso y evolución se vean afectados lo menos posible por su enfermedad", ha aseverado.
En este sentido, la psicóloga y experta en terapia Infanto-Juvenil Olga Sanz Font ha destacado la importancia de que los padres enseñen a sus hijos a valorar por sí mismos los resultados y les impliquen, en función de su edad y madurez, en el tratamiento de su diabetes y en los controles.
"NO FISCALICES TODAS SUS ACCIONES"
"Considérale capaz de ir aprendiendo y manejando el tratamiento de la enfermedad igual que un niño sin diabetes puede aprender tareas de su vida cotidiana. No fiscalices todas sus acciones, sino enséñale cómo hacer las tareas que su tratamiento requiere y muéstrale que puede cuidar de sí mismo", ha aconsejado la experta.
Asimismo, prosigue, es necesario que entre los 5 y 7 años se les empiece a preguntar su opinión, corrigiendo sus errores y escuchándole, y, a su vez, enseñar a otros familiares a implicarse en el tratamiento para que puedan quedarse con el niño en alguna ocasión.
"Se trata de normalizar la situación en toda la familia, pues de lo contrario, a la larga desgasta y acarrea problemas de dependencia familiar. No es adecuado estar diciéndole sistemáticamente lo que debe hacer, sin explicaciones, sino lo que él piensa y lo que entiende y no entiende. Háblale a cerca de todo lo que pueda estar relacionado con su enfermedad y escucha sus dudas o preocupaciones que puedan surgir", ha apostillado.
Finalmente, la experta ha recomendado a los padres felicitar a sus hijos con diabetes cuando hace bien las cosas relacionadas con su tratamiento y no culparle cuando no salen perfectas. "Todos los padres cometen errores y siempre es tiempo de rectificar", ha zanjado.