El hospital trata a 250 niños actualmente, a quienes ofrece asesoramiento y educación diabetológica para ellos y sus familias con el fin de aprender a convivir con ella .
El Hospital Universitario Nuestra Señora de Candelaria, en Tenerife, detecta anualmente entre 20 y 30 nuevos casos de diabetes infantil.
La diabetes de tipo uno es el más habitual en la infancia y desde el Hospital se trata y se controla a 250 niños actualmente, a quienes además ofrece asesoramiento y educación diabetológica para ellos y sus familias con el fin de aprender a convivir con ella para mejorar su calidad de vida.
El hospital recuerda que la diabetes es una enfermedad crónica que aparece cuando el páncreas no genera insulina suficiente para mantener los niveles adecuados de glucosa. Si la insulina no ayuda a la glucosa a entrar en las células para convertirse en energía, el azúcar se acumula en la sangre hasta alcanzar niveles perjudiciales.
El tratamiento de la diabetes debe adaptarse a los diferentes estilos de ida y circunstancias de cada uno de los pacientes; por ello se requiere que desde edades tempranas se adquieran conocimientos y habilidades para normalizar el día a día con diabetes, tanto el propio niño como su familia.
El pediatra del Hospital de La Candelaria, José Manuel Rial, ha destacado el apoyo de los equipos sanitarios especializados, fundamentales porque gracias al trabajo que realizan mediante educación diabetológica se consigue realmente la implicación del paciente y su familia en el objetivo de alcanzar la normalización de las cifras de glucosa.
Cuando estos conocimientos sobre diabetes, alimentación y hábitos ya se han asentado, es el momento de poder aplicar nuevas terapias o técnicas que solo entonces serán útiles y beneficiosas, ha añadido el especialista.
Los métodos para el control de la diabetes tipo uno en edad infantil pasan por la administración de insulina mediante inyecciones, pero el avance y la innovación de la tecnología sanitaria ha permitido el desarrollo de nuevos métodos más flexibles y cómodos como las bombas de insulina, aparatos del tamaño de un teléfono móvil que suministran el tratamiento de forma continuada facilitando la autonomía y flexibilidad en los horarios.
No todos los pacientes pediátricos son candidatos a llevar esta modalidad de administración de insulina, pues para ello debe existir una formación previa asesorada desde los profesionales educadores en diabetes y que sus circunstancias personales y estilo de vida coincidan con el criterio médico para emplearlas.
En el caso del Hospital de La Candelaria alrededor de 20 niños seguidos por el servicio de Pediatría del centro ya cuentan con este dispositivo.
Desde el servicio de Pediatría se fomenta esta alternativa para controlar la diabetes en niños en aquellos casos que consideramos adecuados.