La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), dependiente del Ministerio de Sanidad, aconseja vigilar el uso de algunos inhibidores del cotransportador de sodio-glucosa tipo 2 (SGLT2) como tratamiento para la diabetes tipo 2 ante el posible riesgo de cetoacidosis, una complicación grave asociada comúnmente con la diabetes tipo 1.
La alerta se produce después de que el Comité para la Evaluación de Riesgos en Farmacovigilancia europeo (PRAC, en sus siglas en inglés) haya analizado el riesgo de este trastorno asociado al tratamiento oral con canagliflozina ('Invokana', de Janssen), dapagliflozina ('Ebymect', 'Edistride' y 'Forxiga', de AstraZeneca) y empagliflozina ('Jardiance', de Boehringer Ingelheim).
Aunque el mecanismo por el que los inhibidores de SGLT2 producirían cetoacidosis diabética no está establecido, los datos disponibles sugieren que podrían favorecer la aparición de cetosis en situaciones en las que existe una baja reserva insulínica.
Además, un grupo de pacientes particularmente susceptible serían aquellos con diabetes autoinmune latente del adulto (LADA), que suelen ser diagnosticados como diabéticos tipo 2.
La cetoacidosis diabética en pacientes tratados con inhibidores de SLGT2 se puede presentar de forma atípica, por lo que el diagnóstico debe considerarse también en pacientes con diabetes mellitus tipo 2, ante síntomas inespecíficos y glucemia por debajo de los 250 mg/dL.
Ante esta situación, la AEMPS recuerda a los profesionales sanitarios que el riesgo de cetoacidosis diabética en estos pacientes debe considerarse ante la presencia de sintomatología inespecífica, como náuseas, vómitos, dolor abdominal, anorexia, sed excesiva, disnea, confusión, o cansancio o somnolencia inusual incluso con niveles de glucemia menores de 250 mg/dl.
Se deberá informar a los pacientes en tratamiento de los síntomas sugestivos, y recomendarles que busquen atención médica si éstos aparecen.
Y si se sospecha el diagnóstico de cetoacidosis se debe suspender el tratamiento y realizar la determinación de cuerpos cetónicos. Las situaciones que pueden predisponer son las ya conocidas para la enfermedad como deshidratación, restricción de ingesta calórica, reducción de peso, infecciones, cirugía, vómitos, reducción de la dosis de insulina, mal control de la diabetes, o ingesta de alcohol. Estos factores deben tenerse en cuenta al inicio y durante el tratamiento con un inhibidor de SGLT2.
NO DEBE REPETIRSE EL TRATAMIENTO
A los pacientes que hayan tenido una cetoacidosis durante el tratamiento con inhibidores de SGLT2 no se les debería reintroducir el tratamiento, a no ser que haya otros factores que hayan sido claramente los precipitantes y éstos se hayan resuelto.
Y en caso de pacientes hospitalizados por cirugía mayor o enfermedad médica grave, el tratamiento con estos fármacos debe interrumpirse hasta que se resuelva la situación.
Por su parte, a los pacientes en tratamiento aconsejan no dejar de tomarlo sin consultar previamente con su médico ya que "puede conducir a una descompensación de su diabetes".
Y en el caso de aparición de síntomas que pudieran hacerles pensar que están sufriendo un cuadro de cetoacidosis diabética (por ejemplo: náuseas, vómitos, dolor abdominal, sed excesiva, dificultad para respirar, marcado cansancio, somnolencia) deberán ponerse en contacto inmediatamente con un médico, también para consultar cualquier duda sobre el tratamiento.