¿Qué da mejores resultados?
¿por qué el régimen de pocos hidratos de carbono y poca insulina es el mejor modo de tratar la diabetes?
RON RAAB B.Ec.
Presidente de la Corporación Insulina para la Vida
(Copyright – Ron Raab)
RESUMEN
Este artículo presenta en forma breve mi experiencia personal antes y después de seguir un método para tratar mi diabetesTipo 1, dependiente de insulina; dicho método consiste en combinar una ingesta con pocos hidratos de carbono, poca insulina, proteína en forma moderada y grasa en forma apropiada.
En el presente se señala la lógica inherente y las muchas ventajas que tiene este régimen para diabetes Tipo 1 y Tipo 2, así como las contradicciones inherentes en un método con alto contenido de hidratos de carbono y alto contenido de insulina, incluyendo las recomendaciones nutricionales y de hidratos de carbono que dan, entre otros, la American Diabetes Association, Diabetes Australia y otras Asociaciones sobre Diabetes, incluyendo la falta de evidencia que sustente sus recomendaciones.
Se hace referencia a algunas evidencias que han surgido hace poco y que se refieren, por ejemplo, al peligro de que los niveles de glucosa en sangre aumenten después de las comidas y explica de qué manera este régimen puede ayudar a evitarlo. Señala que el infusor de insulina no es necesario para lograr un nivel óptimo de azúcar en la sangre.
Se menciona el Diabetes Centre de Nueva York que se especializa en este método y que me educó en su empleo. Este artículo se basa en lo que aprendí en dicho centro y vengo aplicando desde Junio de 1998. También incluye los comentarios de mi médico australiano sobre la forma en que ha mejorado mi control de azúcar en la sangre y cómo ha disminuido la hipoglicemia, así como algunos comentarios profesionales sobre aspectos relativos a la nutrición. Se refiere además a su aplicación en países en vías de desarrollo en los cuales el elevado precio de la insulina ocasiona su menor empleo.
Dejo constancia de que este artículo no representa la posición de ninguna de las organizaciones médicas con las cuales trabajo. El artículo refleja mis experiencias y observaciones personales resultantes de haber puesto en práctica lo que aprendí de médicos responsables y de otras personas que promueven este método.
Lógica y experiencia con el método de consumir pocos hidratos de carbono /poca insulina /proteína en cantidades moderadas /grasas en cantidad apropiada para controlar la diabetes.
En 1957, a la edad de 6 años me diagnosticaron Diabetes Tipo 1 y empecé con una inyección diaria de insulina que aumentó a dos por día en 1959. En 1984 aumentó a 3 diarias y desde 1994 a cuatro por día.
En 1980 empecé a hacerme yo mismo el análisis de glucosa en sangre y antes de ello hacía los análisis de orina. Ahora hago el análisis 4 veces al día (usando un glucómetro calibrado para plasma ) y también hago ejercicios en forma moderada 2 ó 3 veces por semana.
He tenido algo de retinopatía de fondo y una cierta neuropatía, incluyendo un retraso en vaciar el estómago. Esta situación iba empeorando antes que iniciara este nuevo régimen y me preocupaba seriamente. Hice todo lo que pude por alcanzar niveles de glucosa en sangre realmente buenos y seguí las recomendaciones actuales de la Asociación de Diabetes y de los médicos, educadores en diabetes y dietistas que recomendaban consumo alto de hidratos de carbono y bajo en azúcares . A pesar de ello no podía lograr niveles de glucosa casi normales en forma continua y el resultado fue que cada vez tenía hipoglucemias más severas... las recomendaciones no me servían.
En 1998, a través de numerosos contactos me enteré de que había otro método: un plan alimenticio consistente en la ingesta de pocos hidratos de carbono, alimentos de índice glucémico bajo junto con una dosis de insulina mucho menor y la posibilidad de comer proteínas. También visité un centro de diabetes en Nueva York que se especializa en esto. Su Director (el Dr. Richard Bernstein ) ha tenido Diabetes Tipo 1 por más de 50 años. Él ha seguido este régimen alimenticio desde hace muchos años después de realizar muchos experimentos y reportó que sus controles de diabetes mejoraron significativamente. Me interesé también en este método pues había observado a lo largo de muchos años que mi azúcar en sangre mejoraba cuando menor era mi ingesta de hidratos de carbono. Esto me alentó aún más a intentar una dieta muy diferente, si bien seguía siendo algo escéptico y buscando resultados. Me intrigaron los informes de HbA1c (Hemoglobina glicosilada) normales en el libro del Dr. Bernstein y en los informes noticiosos; en la página web: Link y en narraciones personales. Recomiendo con firmeza a todos los interesados en alcanzar niveles excelentes de glucosa en sangre que lean este libro (Dr. Bernstein's Diabetes Solution - A Complete Guide to Achieving Normal Blood Glucose –Solución para la Diabetes del Dr. Bernstein: Guía Completa para Obtener Glucosa en sangre normal) Richard K. Bernstein, M.D. Publisher: Little Brown and Co.) La mayor parte del libro está disponible sin costo alguno en el Internet, en la página indicada.
Lo que queremos lograr es niveles normales de glucosa en sangre y para mí ésa fue la razón principal para examinar este método de pocos hidratos de carbono. Todos sabemos que la recomendación actual no produce niveles normales de glucosa en sangre en forma continua, momento a momento.
Yo no seguí este método antes porque el régimen aceptado y recomendado generalmente era una dieta con alto contenido de hidratos de carbono y no había nada que sustentara o alentara intentar un cambio tan radical. Como he estudiado estadística y trabajo profesionalmente en el tema de la diabetes, me sentí también capaz de revisar la literatura publicada al respecto.
La dieta baja en hidratos de carbono ha sido debatida muchísimo en los Estados Unidos y en otros países y lo sigue siendo; hay una creciente discusión sobre ella en revistas y conferencias sobre la diabetes.
He experimentado mucho esta dieta y desde julio de 1998 he reducido la cantidad diaria total de hidratos de carbono de 200 gramos en esa fecha hasta 30 gramos diarios en el 2000, todos ellos son del tipo de hidratos de carbono de absorción lenta.
Estos son algunos de los resultados:
Mi dosis de insulina ha disminuido en 55% hasta 16 unidades diarias. Mi HbA1c ha mejorado en 33% hasta llegar a 5.6% y sigue mejorando. Hay mucha menor variación en los niveles diarios de glucosa en sangre. La hipoglucemia es mucho menos severa; en realidad las bajas son muy suaves, sólo necesito 3 tabletas de 5 gramos de glucosa para recuperar el nivel. Ya no hay más oscilaciones dramáticas ni necesito “tiempo extra” para recuperarme, lo que sí ocurre regularmente con el régimen rico en hidratos de carbono y alto en insulina. ¡Qué alivio!
Mi peso ha bajado de 84 Kg a 72 Kg y el índice de masa corporal se mantiene en el rango normal; la retinopatía se ha estabilizado (mi oftalmólogo tomó especial interés en esta notable mejora); la presión sanguínea se mantiene normal y los lípidos están en el rango normal /aceptable y lo han estado la mayor parte del período de 4 años transcurridos desde que empecé este régimen - habiéndome esforzado en no consumir en exceso el tipo “malo” de grasas.
Es importante señalar que el hambre ha disminuido (la insulina es un estimulante del apetito y con este régimen ha sido necesario usar mucho menos insulina). El régimen causa mucho más motivación, menos frustración y ha mejorado enormemente mi calidad subjetiva de vida y mi visión de la vida. Sin embargo todavía siento un poco de hambre por la noche y sigo experimentando con la dieta y el tipo y rango de las comidas, sobre todo en la noche. Confío en que éstas también disminuirán en forma importante. Continúo haciendo ejercicios en forma leve y regular. Me entusiasma la idea de continuar disminuyendo mi HbA1c aún más.
No considero que esta dieta sea "radical" ni una "moda". No se debe confundir con las dietas extremas que se publican periódicamente, ¡sobre todo en Estados Unidos! No es una dieta con alto contenido de proteínas ni con alto contenido de grasas saturadas.
¿Cuál es la explicación?
En muchos niveles es razonable disminuir la ingesta diaria de hidratos de carbono. ¿Por qué habría que comer tanto de un tipo de alimento que causa inestabilidad de glucosa en la sangre y que necesita (mucha) más insulina para (tratar de) corregir ese problema que a su vez crea más problemas? No hay evidencias que favorezcan una ingesta mayor de hidratos de carbono en vez de una menor en lo que respecta al control de glucosa en sangre ¡¡y sin embargo esto es lo que se generalmente promueve y recomienda!! Asimismo, las enfermedades renales parecen ser una consecuencia del alto contenido de glucosa en sangre y no de una mayor ingesta de proteínas, según profesionales como el Dr Bernstein y sus expertos colegas. Los principios generales también se aplican a la Diabetes Tipo 2 según se indica con detalle en el libro y en la página web.
Cuanto mayor es la ingesta de hidratos de carbono, tanto mayor es el potencial para que sea impredecible determinar el momento y la magnitud del aumento resultante de glucosa en sangre. ¡Es como agregarle más gasolina a un incendio que no se puede controlar! Todos sabemos que es mucho más fácil controlar un fuego pequeño, que no es tan impredecible, que mantener bajo control un gran incendio al cual se le está echando una gran cantidad de combustible …… y lo mismo ocurre con el régimen de pocos hidratos de carbono y poca insulina .
También sabemos que la absorción de insulina (vale decir la magnitud y el tiempo que toma la insulina en reducir la glucosa en sangre) es variable, tanto entre los distintos lugares como en los distintos momentos en que se inyecta. Esta variabilidad también aumenta conforme aumenta la cantidad de insulina inyectada. De ello se desprende por lo tanto que un carbohidrato alto (inclusive uno de lenta absorción) y un régimen concomitante de alta insulina debe ocasionar perfiles de glucosa en sangre más erráticos e impredecibles, en comparación con pocos hidratos de carbono y un régimen de poca insulina apropiadamente compatible. Ese es el punto central del asunto. ¡Los reto a demostrarme que no es así! ¡Hasta ahora nadie lo ha logrado! He descubierto que la gente no logra comprender la importancia y las implicancias de estas realidades, simples e inevitables. ¡Ignórelas a su propio riesgo!
Cuanto menor es la mezcla de carbohidrato /insulina; menor es la variabilidad y mayor la posibilidad de predecir los niveles de glucosa en la sangre. La curva de glucosa se vuelve básicamente plana. Todo encaja cuando se sigue este método ¡y se siente uno maravillosamente!
Aunque parezca sorprendente, esto está implícito en la recomendación “Medical Nutrition Therapy”[1] de la American Diabetes Association (ADA), la recomendación nutricional de Diabetes Australia y de muchas otras organizaciones. Y sin embargo, paradójicamente siguen recomendando un régimen rico en hidratos de carbono. Por ejemplo, la ADA señala que los alimentos con almidón (carbohidrato) elevarán la concentración de glucosa en la sangre y el aumento dependerá de la velocidad y totalidad de la digestión del almidón en una comida, lo que puede depender de muchos factores. Esto señala claramente que cuanto más alimentos con almidón se coman en una comida, mayor será la variabilidad potencial de glucosa en sangre. En vez de recomendar lógicamente una menor ingesta de hidratos de carbono recomiendan lo contrario, una gran ingesta – hasta 60% de calorías en hidratos de carbono, ¡¡lo que puede significar hasta 300 gramos de hidratos de carbono por día en algunas personas!! Diabetes Australia brinda recomendaciones similares.
Cabe señalar que la prueba de tolerancia a la glucosa, que a veces se emplea para diagnosticar la diabetes, usa 100 gramos de hidratos de carbono para presionar el mecanismo corporal que regula la glucosa en sangre ¡para ver si se eleva por encima del nivel normal! Por consiguiente, si uno sigue este consejo de la ADA ¡puede muy bien forzar a su cuerpo a digerir o metabolizar el equivalente a tres cargas de pruebas de tolerancia a la glucosa cada día! Ciertamente se trata de un carbohidrato diferente, pero el volumen es el mismo. ¡No tiene sentido someter a semejante carga de hidratos de carbono a un cuerpo que ya tiene un problema grave para metabolizar hidratos de carbono!
Aparentemente la razón histórica por la que este método ha sido promovido es que en los EU a comienzos de los años 50 se veía que la gente con diabetes sufría altas tasas de enfermedades cardíacas. Esto se atribuía al mayor consumo de grasas, resultante de lo que entonces era una recomendación de consumir menos hidratos de carbono diariamente. Se pensaba lo siguiente:
– “si disminuimos el consumo de grasa para disminuir el riesgo de enfermedades cardiacas, ¿qué van a comer los pacientes?” Por ello decidieron comenzar a aumentar la cantidad de hidratos de carbono a fin de proporcionar la ingesta de calorías que tenían como meta. Esto se hizo sin examinar las implicancias que podía tener una mayor ingesta de hidratos de carbono en la variación de la glucosa en sangre, la contribución de los propios hidratos de carbono a las enfermedades cardiacas y los posibles efectos negativos resultantes de los mayores niveles de insulina necesaria para (tratar de) controlar los niveles de azúcar en la sangre. Esta recomendación se ha mantenido hasta la fecha y a través del tiempo el porcentaje de calorías de los hidratos de carbono ha ido aumentando.
Sin embargo, sabemos que simplemente no es cierto que todas las grasas coadyuven a las enfermedades cardiacas – las saturadas pueden hacerlo pero las grasas insaturadas pueden más bien proteger contra dichas enfermedades. Por lo tanto se deduce que es fácil y sensato construir una dieta que sea baja en hidratos de carbono (y que por lo tanto requiera mucho menos insulina), baja en grasas saturadas y más rica en grasas insaturadas – con lo cual se pueden obtener las calorías deseadas. Un ejemplo sencillo de las calorías que se pueden obtener de las grasas insaturadas saludables es agregando aceite de oliva a una ensalada. Dos cucharadas de aceite de oliva rinde 360 calorías – una cantidad muy significativa para las necesidades diarias y que se puede aumentar fácilmente en otras formas con otras grasas insaturadas.
Por lo tanto, no es cierta la afirmación de que una ingesta alta en hidratos de carbono es indispensable para satisfacer las necesidades calóricas de los diabéticos debido a las enfermedades cardiacas.
La demora y variabilidad en el vaciado del estómago (gastroparesis), debido a una función disminuida del nervio vago (neuropatía diabética), se suma a los niveles variables e impredecibles de glucosa en la sangre. Cuanto mayor es la ingesta de hidratos de carbono tanto mayor es la magnitud de la impredecible variabilidad adicional en la glucosa también debido a esta causa.
La demora en vaciar el estómago puede ser muy desagradable y los síntomas varían de un malestar ligero hasta uno mayor y doloroso. El efecto del control del azúcar en la sangre también depende directamente del volumen de hidratos de carbono consumido. Los grandes volúmenes pueden permanecer en el estómago por períodos de tiempo variables y luego en forma impredecible y posiblemente en forma muy súbita, pueden ser ‘procesados’ o ‘vaciados’ ocasionando la entrada impredecible de azúcar en la corriente sanguínea.
Además cuanto mayor es la cantidad de hidratos de carbono consumidos, tanto mayor es la cantidad de insulina inyectada, pero los hidratos de carbono se quedan en el estómago sin digerir por períodos de tiempo impredecibles. No obstante la insulina está trabajando lógicamente y causando cantidades variables de azúcar en la sangre con la posibilidad de que haya grandes bajas. Luego, después de un lapso impredecible de tiempo, los hidratos de carbono son digeridos e ingresan a la corriente sanguínea elevando inmediatamente el azúcar en la sangre.
El gran contenido de hidratos de carbono en la comida contribuye a aumentar el alto contenido de glucosa en sangre y las hipoglicemias en esta situación.
La literatura médica indica que el vaciado retardado del estómago en la diabetes ocurre en 50% de los pacientes con diabetes Tipo 1 y Tipo 2.
¡No es lógico promover un régimen con alto contenido de hidratos de carbono a esas personas!
Y sin embargo se hace todo el tiempo como parte de la educación nutricional convencional que se imparte a dichos pacientes.
¡Desafío a cualquier lector para que justifique la dieta rica en hidratos de carbono en tales circunstancias! ¡Sigo esperando!
También existe evidencia continua de que hay una relación entre altas dosis de insulina y el desarrollo de enfermedades vasculares, incluyendo dolencias cardiacas, independientemente de cualquier otro factor. Esto significa que una persona que sigue un régimen rico en hidratos de carbono está aumentando potencialmente con ello el riesgo de una enfermedad al corazón, en tanto que una persona que ingiere pocos hidratos de carbono, y por consiguiente está en un régimen de poca insulina está evitando el posible factor de riesgo.
También se especula que el trágico fenómeno conocido como “muerte en la cama” también podría ser causado por las grandes cantidades de insulina que muchos toman para compensar la ingesta tan alta de hidratos de carbono ocasionando con ello una baja que acaba con su vida, o a través de algún otro mecanismo cuando el desequilibrio es particularmente malo. Esto sería plausible, ¿no les parece?
También hay cada vez más evidencias del daño que pueden causar breves aumentos de azúcar en la sangre, después de las comidas, en el desarrollo de complicaciones en la diabetes. Por consiguiente, aunque el nivel de HbA1c pudiera ser, por ejemplo 7.5%, que muchos consideran razonablemente bueno, el régimen rico en hidratos de carbono y rico en insulina inevitablemente produces mayores oscilaciones en el azúcar en la sangre que su alternativa, y contribuye aún más a complicaciones de la diabetes por este motivo adicional. En realidad quisiera señalar que un HbA1c de 7.5% corresponde a un promedio de 200mg/dl (11.1 mmol/L) de azúcar en la sangre, que es más del doble de un índice normal de azúcar en la sangre de 85 mg/dl (4.7 mmol/L).
Recientemente han surgido fuertes evidencias de que “ciertos tipos de hidratos de carbono pueden afectar en forma adversa los niveles de colesterol en la sangre”- como resultado de 5 grandes estudios en Australia, Europa y los Estados Unidos.
En Diabetes Voice (International Diabetes Federation), Marzo del 2002, se señala en un artículo del Dr Swift, Secretario General de ISPAD (International Society for Paediatric and Adolescent Diabetes[2]) que:
"el manejo nutricional comúnmente se describe como una de las piedras angulares en la atención de la diabetes ... lamentablemente es la piedra angular quizás menos comprendida, menos investigada y a la cual hay mínima adherencia ..."
La edición de diciembre de 2001 de Diabetes Forecast (American Diabetes Association), indica en un artículo titulado "Investigación Revolucionaria - 2 ° Parte" en conclusión, que:
"los sujetos con Diabetes Tipo 2 experimentan mejoras clínicamente importantes en los niveles de triglicéridos … con una dieta con alto contenido de ácidos grasos mono insaturados y que … es necesario volver a analizar las dietas con alto contenido de hidratos de carbono y pocas grasas en la Diabetes Tipo 2".
Felizmente se invierten enormes recursos y esfuerzos en el desarrollo de nuevas insulinas y la prensa así como la literatura médica tiene mucha información y debates sobre los diversos perfiles sobre diabetes. Sin embargo, ¡no hay tanta precisión sobre la otra cara de la moneda, aquélla sobre la cual actúa la insulina, sobre todo los hidratos de carbono! Por lo tanto una variable es sumamente regulada y a la otra se le permite variar entre parámetros sumamente amplios. El resultado debe ser una mayor variación en el azúcar en la sangre. Éste es un enfoque sesgado, que carece de lógica. Con el componente hidratos de carbono /dieta se viene cometiendo el mismo tipo de filosofía que felizmente, después de muchos años fue corregido por los resultados del Estudio sobre El Control de la Diabetes y sus Complicaciones (DCCT). La mayoría de gente comprendió en forma lógica e intuitiva que deberíamos tratar de tener un índice normal de azúcar en la sangre, y sin embargo muchos consideraban que sin “evidencias”, era aceptable permitir un control muy mediocre de azúcar en la sangre. Si se hubiera exigido que esa recomendación estuviera justificada con mayor precisión se habrían evitado muchos sufrimientos y muertes prematuras. En general, esta misma filosofía se está aplicando a las recomendaciones sobre los hidratos de carbono con resultados peores que los que se obtendrían con otras alternativas.
También lo podemos comparar con el proyecto de aterrizaje en Marte que tenía la NASA. Muchos de los más sofisticados y calificados científicos del mundo estuvieron dedicados al aterrizaje de la nave espacial en Marte en el año 2000. Y sin embargo cometieron un error básico. No se dieron cuenta de que los norteamericanos estaban usando unidades imperiales (pulgadas) mientras que los Europeos, algunos de los cuales también estaban trabajando en el proyecto, estaban usando el sistema métrico (mm). ¡Esto provocó que la nave no llegara a Marte! Lo mismo ocurre con un régimen rico en hidratos de carbono – tenemos mucha gente altamente calificada y dedicada desarrollando regímenes sumamente sofisticados y sin embargo no se está prestando atención a un asunto fundamental: que los niveles de glucosa en sangre varían y van a variar en forma cada vez más impredecible conforme aumente la cantidad de hidratos de carbono.
Países en Vías de Desarrollo Económico
La lógica de este método tiene implicancias enormes para el tratamiento de la diabetes en los países en vías de desarrollo. El costo de la insulina en esos países es muy alto – con frecuencia cuesta $US30 y más por vial– y el suministro mensual necesario suele representar 50% o más del ingreso familiar promedio. El régimen rico en hidratos de carbono requiere mucho más insulina para tratar de mejorar los niveles de azúcar en la sangre. Al seguir un régimen con bajo contenido de hidratos de carbono, la dosis de insulina disminuirá en forma muy significativa tal como ha ocurrido con aquellos de nosotros que hemos adoptado este régimen. En mi caso, la dosis de insulina ha disminuido en 60%. Esto representaría un ahorro financiero muy importante para esas personas y esto es algo que nunca debemos subestimar. ¡En términos relativos esto significaría que una persona promedio en un país desarrollado ahorrara $US500 al mes! Evidentemente pueden haber otros elementos externos, pero este método también es muy lógico en esta situación. Por si fuera poco, mejoraría muchísimo el control de glucosa en sangre, no sólo por el régimen de pocos hidratos de carbono /poca insulina, ¡sino también porque muchas personas podrían costearse el volúmen de insulina que necesitan!
Ejemplos de Harinas
Éste es un ejemplo de una comida que satisface y que contiene 12 gramos de hidratos de carbono y 120 gramos netos de proteína:
-sopa en base a concentrado de carne o pescado
-ensalada de verduras frescas
-bistec mediano o pescado o proteína vegetal
-verduras cocidas (no papas ni similares)
-café con un poquito de leche
Hay todo un mundo de alimentos y comidas deliciosas con pocos hidratos de carbono y que satisfacen el apetito, fáciles de obtener o de preparar y hay otras páginas web en Internet así como muchos libros que traen recetas similares. El libro de Bernstein incluye algunos menús especialmente preparados con este enfoque. Se trata de un régimen sencillo y práctico que lo ayuda a tomar las riendas de su propia vida.
Problemas con el Cálculo de los hidratos de carbono
Compare la comida recomendada líneas arriba con la siguiente versión con alto contenido de hidratos de carbono, unos 100 gramos de hidratos de carbono y unos 120 gramos de proteína total :
- sopa que contenga hidratos de carbono (por ej. Las sopas enlatadas que tienen muchos hidratos de carbono).
- 2 rodajas de pan o similar
- bistec o pescado mediano con pasta /papas /maíz
- fruta /postre con hidratos de carbono
- café con leche
Si uno se equivoca al calcular los 100 gramos de hidratos de carbono (por ejemplo en un 20%), entonces uno tendrá 20 gramos de hidratos de carbono contados en exceso o en faltante. Esto se puede traducir en una variación de 80 mg/dl (4.4 mmol/L) en el nivel de glucosa en sangre para una persona de peso promedio. Incluso si el cálculo de la cantidad es correcto, los verdaderos componentes de la pasta, por ejemplo, podrían no estar bien calculados. Podría ocurrir que la pasta sea de un tipo especial que tenga huevo o de un tipo de harina diferente. Además de ello uno necesitará mucha más insulina para (tratar de) compensar esta gran carga de glucosa, con todo lo variable e impredecible que puede ser la absorción y la acción de la insulina. Sumemos a esto que algunas gastroparesias (que se ha reportado en la mayoría de diabéticos que tienen diabetes por más de 5-10 años) y tendremos todos los elementos para una gran variación de azúcar en la sangre, incluyendo la posibilidad de una baja severa en algún momento durante las horas siguientes a la comida. ¿Acaso no es exactamente esto lo que le está sucediendo a tantos pacientes? ¿Acaso este probable resultado no se explica por sí solo? Sus doctores y educadores les están diciendo que deben tratar de tener niveles normales de azúcar en la sangre (debido a los resultados del DCCT), y sin embargo ¡al mismo tiempo les están ordenando que tengan una dieta rica en hidratos de carbono lo que evidentemente vuelve imposible ese resultado! ¡Qué tal confusión! ¡Es la fórmula del fracaso!
Para muchos de los que siguen ese régimen esto ocasiona también frustración, sentimiento de culpa, temor y depresión, como me sucedió cuando intentaba normalizar mis niveles siguiendo ese método. El método de consumir pocos hidratos de carbono y poca insulina resolvió por completo las causas subyacentes de estos problemas.
Le he consultado sobre este asunto a la jefa del Laboratorio de Investigaciones Metabólicas y de Obesidad y Profesora de Medicina y Bioquímica del Centro Médico de Boston en los Estados Unidos. Ella opina que no hay motivo de preocupación en las proporciones y naturaleza de un régimen de pocos hidratos de carbono, proteína en cantidades moderadas, grasas en forma moderada, que propone este método. Es simple diseñar un régimen así para que sea completo desde el punto de vista nutricional.
He aprendido de los expertos que las proteínas y las grasas son nutrientes esenciales, mientras que los hidratos de carbono no lo son. El cuerpo produce algunos hidratos de carbono a partir de las proteínas, sobre todo cuando hay poco o nada de hidratos de carbono en fuentes alimenticias externas. El cuerpo fabrica dichos hidratos de carbono lentamente, convirtiéndolo en la penúltima forma de hidratos de carbono en el índice glucémico, que es maravillosamente compatible con el perfil de la insulina regular. Casi 10% de la proteína ‘real’ o neta de un alimento se transforma de esta manera. Los hidratos de carbono no tienen nutrientes que no se puedan derivar de otras fuentes, por ejemplo, las vitaminas y minerales que hay en algunos alimentos con hidratos de carbono, como la fruta. También se dan en ensaladas y legumbres. En cualquier caso el régimen descrito en este artículo es un régimen de ‘pocos hidratos de carbono’ y no un régimen ‘sin hidratos de carbono’. Entonces, el régimen de pocos hidratos de carbono pasa todas estas pruebas y yo desafío a cualquier lector para que me den pruebas en sentido contrario. Cabe agregar que la recomendación actual de consumir pocas grasas, si se lleva a un extremo, es peligrosa porque se acerca al concepto de ‘sin grasas’ en tanto que la grasa es una fuente de ácidos grasos indispensables para la salud.
El principal fabricante farmacéutico, Bayer, ahora incluye información sobre este método con los glucómetros que vende en Norte América y cita a diabéticos que usan este método como "pruebas vivientes del éxito de este método”. ¡Una compañía de esta envergadura no hace comentarios así a la ligera!
He sido invitado a contar mi experiencia personal con este régimen en numerosas reuniones de profesionales de la salud y Asociaciones de Diabetes en Australia, Inglaterra y Japón. Hice una presentación en la Reunión Anual Científica de la Australian Diabetes Society y la Australian Diabetes Educators Association en Agosto del 2000 en el simposio “hidratos de carbono – Más o Menos”.
Luego de esta presentación, mi médico el Dr Richard Arnott, hizo una serie de comentarios a los participantes, entre ellos que
“la mejora en el HbA1c de Ron ha sido extraordinaria….su hipoglicemia, antes severa, ha mejorado … los lípidos se mantienen en un rango aceptable …. Es necesario hacer más estudios ... quizás ya es hora de cuestionar los dogmas aceptados…”
El Profesor Paul Moffitt AM, especialista en diabetes y premiado por su contribución al tratamiento de la diabetes por el gobierno Australiano me escribió luego de mi presentación y dijo:
“Yo creo firmemente en la dieta de pocos hidratos de carbono y lo creo desde hace muchos años.”
Ya se habrán percatado de mi actitud frente al uso del infusor de insulina. En primer lugar, quienes usan el infusor se llegan a dar cuenta de que no es un sustituto para el conteo exacto de hidratos de carbono si se quiere mantener básicamente niveles normales de glucosa en sangre en forma continua. En realidad, quienes toman en serio los indicadores de azúcar en la sangre y usan el infusor mientras que a la vez ingieren ‘más’ hidratos de carbono terminan donde empezaron; es decir, tratando de nivelar hidratos de carbono e insulina con precisión, y esto no es posible cuando se consumen muchos hidratos de carbono. Lógicamente hay muchas personas que están felices con el infusor y eso está bien. Sin embargo puedo apostar que mientras ingieren muchos hidratos de carbono no logran el mismo nivel de control de glucosa en sangre que se logra con el régimen de pocos hidratos de carbono /poca insulina. En mi opinión y basado en mi experiencia (he sido un usuario del infusor de insulina por muchos años en mi lucha por detectar mejor el azúcar en la sangre), puedo afirmar que el infusor de insulina no brinda y no puede brindar el mismo nivel de control de azúcar en la sangre que sí brinda el régimen de pocos hidratos de carbono. Por lo tanto, el infusor es innecesario para el buen control de glucosa en sangre y no resuelve el problema básico: el impredecible resultado del consumo de mayores cantidades de hidratos de carbono.
Se suele responder que este método es demasiado extremo o difícil para que lo adopte una persona “promedio”. Eso fue lo que pensé la primera vez que lo encontré, sin embargo aquí estoy después de haber experimentado el cambio y sentirme maravillosamente feliz con él y con los resultados obtenidos. Como ocurre con todo cambio importante en la vida, el mejor método consiste en hacerlo poco a poco y avanzar hasta que uno encuentre un nivel en el cual se sienta bien. Muchos no querrán reducir su ingesta diaria de hidratos de carbono a 30 gramos, que es el nivel que dará efectivamente un nivel normal de azúcar en la sangre si se hace correctamente.
Otro ejemplo: la fruta ha sido parte importante de mi alimentación durante 40 años antes de hacer este cambio y ahora yo no como fruta y no la extraño (aunque la palta es parte de mi régimen y se podría considerar un tipo de fruta). Lo importante es que uno no agite con desesperación los brazos diciendo “¡Yo sé que esto me va dar mucho mejores niveles de azúcar en la sangre, pero es demasiado para mí!” Háganlo paso a paso y vayan avanzando …
Todo cambio importante en la vida (como empezar en un nuevo trabajo, casarse o divorciarse, tener hijos, etc) exige ajustes sicológicos y de otros tipos y lo mismo sucede con este régimen. Esto ha sido mucho más fácil de lo que había pensado. Una vez que uno lo comprende y se reorienta, este régimen se integra a nuestra vida diaria y se convierte en lo nuevo “normal”.
Yo estoy tratando de desempeñar un papel responsable en la discusión y el debate sobre estos temas. Para mí, y para muchos otros que ahora tienen niveles casi normales de azúcar en la sangre 24 horas al día, la única manera de lograrlos es con un régimen de pocos hidratos de carbono.
En este artículo he tratado de mostrar la veracidad de este régimen y su inmensa superioridad cuando se trata de controlar los niveles de azúcar en la sangre y por otras razones importantes, en comparación con el régimen rico en hidratos de carbono. Siempre habrá gente que, aunque admita esta verdad optará por no seguir este régimen o lo siga sólo parcialmente, al igual que los fumadores pueden decidir continuar fumando por cualquier razón que fuere. Así como señalamos los peligros del cigarrillo yo he tratado de demostrar los peligros que entraña para los diabéticos cualquier régimen basado en el consumo de muchos hidratos de carbono y mucha insulina porque necesariamente conduce a niveles más altos y más impredecibles de azúcar en la sangre.
Hay profesionales de la salud que desalientan este método activamente. Con todo respeto los desafío a que revisen este artículo, punto por punto y me refuten o indiquen dónde consideran que el razonamiento es incorrecto y que me señalen las razones por las cuales rechazan algún punto. Hasta ahora, cada vez que he pedido esto sólo he recibido respuestas generales, tales como “una dieta con pocos hidratos de carbono no es saludable” lo cual evita los asuntos centrales que yo planteo. No he recibido ningún hecho o evidencia que se pueda considerar en términos razonables que refuten el importante punto que aquí he planteado.
En nuestra opinión la recomendación médica y nutricional que se brinda actualmente en el sistema institucional para que los diabéticos ingieran dietas con alto contenido de hidratos de carbono y mucha insulina está ayudando a crear resultados muy negativos. Consideramos que hay millones de personas que estarían mucho mejor con un régimen de pocos hidratos de carbono. Opinamos que la recomendación de consumir muchos hidratos de carbono como parte del tratamiento para la diabetes están causando un sufrimiento y un costo enorme e innecesario.
Las opiniones médicas están evolucionando. Podemos examinar la historia del descubrimiento de la Penicilina por Alexander Fleming, quien dijo esta frase famosa “la Penicilina estuvo archivada en un estante durante 10 años mientras se me acusaba de curandero”. Otro ejemplo, 300 años antes, es el caso de la viruela, cuando Sir Thomas Sydenham desarrolló un tratamiento que redujo la tasa de mortalidad de 50% a alrededor de 2%. ¡El Colegio Médico Inglés de entonces trató de expulsarlo! Esto se parece al régimen de pocos hidratos de carbono en el tratamiento de la diabetes. Lo triste es que muchas personas tendrán pagar el precio hasta que finalmente se comprenda y se implemente.
Adoptar un régimen de bajos hidratos de carbono es ciertamente un gran cambio. Debe hacerse responsablemente y con apoyo de expertos, con educación que permita comprender el cambio, de otra manera podrían presentarse situaciones especiales, como en cualquier otro régimen. Las personas interesadas en este enfoque deben ser conscientes de esto, por ejemplo respecto al tema de las acetonas. Hoy en día existen excelentes recursos aunque uno debe ser afortunado para acceder a ellos.
En relación con las acetonas, mi pérdida de peso fué acompañada por algunos cuerpos cetónicos en la orina y éstos se relacionaron con los bajos hidratos de carbono y el ejercicio. Este es un tema sobre el cual necesité información competente y apropiada. Esto (ketosis) es distinto a la ketoacidosis diabética por la falta de insulina, por ejemplo.
Sobre el tema de las cetonas, existe más información en Link y recomiendo hacer una búsqueda sobre 'cetoacidosis' y 'acetonas' (cuerpos cetónicos en orina; cetonas urinarias)
En resumen, menos hidratos de carbono requiere menos insulina y esto produce menor variación y mejor pronóstico en los niveles de glucosa en la sangre.
La página web de Internet Link se refiere a mi trabajo profesional. La Corporación Insulina para la Vida , Insulin For Life Incorporated, fue fundada en 1999 después de que yo había trabajado en el International Diabetes Institute de Melbourne, Australia durante 20 años.
Ahora los pacientes tienen las herramientas para mantener niveles casi normales de azúcar en la sangre todo el tiempo, si tienen la suerte suficiente de conocerlas y deciden usarlas ...
Estoy eternamente agradecido al Dr Bernstein y sus colegas que me pusieron al tanto de este método. Gracias a ellos mi vida ha cambiado.
Ron Raab B.Ec.
Presidente, Insulin For Life Incorporated
Link
Mejorando el Acceso a la Insulina y a los Suministros para Diabéticos de los Países Pobres.
[1] Terapia médica nutricional (N. de la T)
[2] Sociedad Internacional de Diabetes en la Infancia y Adolescencia (N. de la T)