Buenas Ruta!!!
Paso tan solo a dar señales de vida. Estamos demasiado inmersos en el tema del endo, así que poco tiempo tengo para lo demás.
Aquí también ha llegado la primavera, y yo ya estoy un par de días con los antihistamínicos, snif, no sabemos lo que queremos, jajajaja.
Os voy a poner el último texto que ha escrito Juan Luis par el periódico y que no sabemos si lo han publicado:
LOS PUCHEROS DE NATI
Nati tiene síndrome de down, es deficiente mental profunda, y es ciega. A Nati nos la traemos cuando podemos a Cáceres. Ella vive internada en un colegio especial en Madrid, porque Nati, además, es huérfana de padre y madre.
Nati se suele sentar en el sofá del salón a jugar con sus juguetitos, principalmente matasuegras.
Nati dice, “pis”, y entonces Ángela, su sobrina, que está a su lado viendo la tele y merendando, se levanta, la coge de la mano, y muy despacio y bordeando los muebles la lleva al baño. Nati va refunfuñando, porque hubiera preferido que la llevase Dana, su otra sobrina, pues ella sabe que Ángela es la pequeña, y es que ella quiere codearse con los mayores, con los de su edad.
Ángela es diabética tipo 1. Ángela es buena estudiante, y buena niña. Ángela acaba de traer a Nati del baño, y acaba de terminar su merienda, entonces grita “mamá, ¿Cuánta insulina?”. Ángela ya sabe cuánta insulina debe ponerse, pero es que está creciendo mucho, su cuerpo está cambiando cada mes, además está con la alergia que también le altera el azúcar, está en una edad en la que todo le altera el azúcar. Ángela y su madre tienen que ir al pediatra endocrinólogo cada pocos meses para ver cómo va todo y buscar soluciones a las alteraciones que sufre. Es su gran soporte para hacer una vida normal. Su madre le dice “ponte 5 y media, tres en normal y dos y media en dos horas.”
Nati refunfuña, No soporta que la gente grite, y mucho menos si está la pequeña delante, que parece que la están riñendo, y eso no le gusta. Que una cosa es que ella prefiera estar con los mayores, y otra cosa es que se maltrate a la pequeña.
Nati odia a los médicos, hay que agarrarla entre varios cuando tenemos que llevarla. Pero Nati odia sólo a los médicos que la tratan a ella, no a los de los demás. Cuando su madre estaba ya muy malita le acercábamos a Nati y ésta, acariciándole la frente, le decía, “¿malita?... médico ¿eh?”
Por fortuna Nati no sabe nada de lo que está pasando últimamente, me refiero a que le van a quitar el médico a Ángela. Porque a ese pediatra endocrinólogo, tan importante en la vida de Ángela, tan solo le han contratado por tres meses, luego ya se verá, como si después de esos tres meses Ángela pudiese ya hacerse cargo de su enfermedad por si sola. Si Nati lo supiera refunfuñaría, y haría pucheros, que es su estrategia cuando algo no le gusta y quiere que cambie. Y casi siempre lo consigue.
Envidio a mi hermana Nati, su mundo es muy sencillo, no como el nuestro, que todo parece complicado, que parece que nos empeñamos en complicar la vida a las Natis y a las Ángelas … ¿Y si probáramos a hacer pucheros?
De los buenos tiempos, siempre quiero más...
Mamá de Ángela, ¡16 añitos, fiera!. Debut: octubre de 2003.
Bomba insulina Medtronic Paradigm Veo desde junio 2005
Última hemo 6.1