Uf, vaya día.
Toda la tarde sininternet y sin poderos contar, gracias a mi querida Timofónica, que ya me dan ganas de hacer un disparate. Avería general, dicen. La madre que los p., y encima se lucran con las llamadas al servicio técnico, cuando la avería es suya.
Uagggggggggggg
Bueno, ya me he desahogado.
Oviedo, esta mañana. Pues os cuento. Salimos de casa a las 8 y media. Justo cuando montábamos en el coche llama Teté. Que está nevando en Oviedo, que veamos si podemos ir o lo aplazamos. Que no parece que nieve mucho.
Y yo, que no, que no parece que esté tan mal y que, ya que estamos, vamos. Si lo vemos negro, nos damos la vuelta.
Y parecía que en vez de hacia el día íbamos hacia la noche. ¡Qué oscuridad. El mar se confundía con el cielo, ambos de un gris plomo oscuro amenazante. Y viento. Y el coche avisando hielo. Y yo, nada, que parece que vamos librando...
Entramos en uno de los túneles y los letreros avisando: Nieve a la salida del túnel. Bueno, no será mucha. Iremos despacio. ¡La madre del cordero!, una cuarta de nieve. Y yo pegadita a las rodadas del camión de delante, pero guardando las distancias, que como toque el freno, nos vamos al patatal..., jopé, que no veo, que la nevada es densa. Ah, que sí, que se ven las luces del camión, o sea, que eso será la carretera y no me he salido. Claro, que me puedo ir al arcén...si supiera dónde está. Justo, para que no me vea el que venga detrás u se estampane...
Y así unos 35 kms
Y llegamos a Oviedo. Nieva pero el suelo está bastante limpio, Bien. Llegamos al hospital sin mayor contratiempo. Y oh, milagro, hay sitio en el párking. Esto es suerte.
Llegamos a la consulta. Teté encantadora. Por la ventana vemos que cada vez nieva más fuertte, y que ya cuaja en condiciones. Cuando salimos me planteo si volver a Llanes o no. Bueno, vamos a salir hacia la autovía, y si lo vemos chungo, nos quedamos.
Aquello no eran calles, eran pistas de patinaje. Cuesta abajo y sin tocar los frenos, para no salir disparadas. Los coches con sus conductores acojonados, gusrdando distancias y sin frenar. Señor, que no se le ocurra frenar al de detrás, o me traga. Los buses atascados y sin moverse...
Así más de 3 cuartos de hora, conduciendo a 5, a 10 por hora, y viendo alcances de unos coches a otros...
Y salimos por fin a la autovía y, aleluya, el suelo está limpio, que han pasado las quitanieves...
Lluvia, nieve, frío y viento a la vuelta, pero a mí me sonaba a paraíso...
^Por cierto, Celia bien.
Hace un ratito ha llamado Teté, que se quedó preocupada por el viaje. Si cuando yo digo que merecía un Nobel o algo esta mujer...
En fin, que Celia quiere entrar al ordetrasta, con la venia de Timofónica.
Saludinos