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HA PROBADO EL 8 DE MARZO 2022..>>>>>>
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MI EXPERIENCIA CON FREESTYLE LIBRE 3
A veces, cuando escribo un post en redes sociales, siempre hay más de uno que me pregunta algo que ya está perfectamente explicado en esas líneas bajo la foto. Es ligeramente irritante, pero internet se está convirtiendo en un medio de consumo ultrarrápido; cuanto más breve, todo es mejor. Así que dedicado a esa gente que no quiere leer, les resumo este post sobre el Libre 3 en una sola línea para que sólo lean este primer lead del post: «El Libre 3 es igual a los anteriores, pero más pequeño y cómodo». Ya está. Con este gran resumen esas personas pueden irse ya.
Libre 3, extremadamente pequeño
El Libre 3 junto a las teclas de un teclado de ordenador. ¿Te haces a la idea ya de lo pequeño que es?
Ciertamente, si tuviera que resumir este post en una sola frase, eso es lo que diría; es lo mismo, pero más pequeño, fácil y cómodo. Pero si has llegado hasta el blog no eres de los que se quedan en la foto. Así que a continuación te explico lo que ha sido mi prueba con esta tercera versión del archiconocido sensor de medición intersticial de glucosa de Abbott Diabetes…
¿Queda aún alguien que no sepa aún qué es el Freestyle Libre?
Por si aún queda algún despistado que no lo sabe y cae de rebote en este blog y este post, el Freestyle Libre es un sensor de medición intersticial de glucosa desarrollado por Abbott Diabetes Care. Un sistema que se lanzó ya hace algunos años y que fue totalmente disruptivo e innovador. Y quizá su mayor diferencia con otros sistemas «similares» es que se posicionó en una nueva categoría; la de medición «Flash». Una lectura de resultados no en tiempo real sino «en diferido» (que diría Cospedal) y un concepto inventado por el fabricante que le hacía ser diferente. No era un medidor continuo, no jugaba en la misma liga que sus competidores. Tener que escanear el sensor con un chip NFC era el procedimiento que marcaba la diferencia con respecto a sistemas como Dexcom o Guardian Sensor (anteriormente Enlite). Y así se lanzó en su versión inicial, a la que posteriormente le siguió la versión 2, cuya diferencia era que el sensor incluía ya un chip bluetooth, lo que permitía al smartphone disponer de unas cómodas alarmas en caso de hipo o hiperglucemia. Pero sin embargo no enviaba en tiempo real las glucemias, ya que era necesario seguir escaneándolas con el chip NFC. Una gran evolución que cuando ni siquiera aún en muchos países está presente, ya se vió superada por la tercera versión; el Libre 3, del que ya hablé hace tiempo en este blog y que hoy está ya disponible en países como Alemania (enlace externo en inglés) y que va a comenzar una expansión en los próximos meses por toda Europa. El Libre 3 es por fin un medidor continuo en tiempo real. O sea, lo mismo que un Dexcom, un Guardian Sensor o un Glucomen Day CGM, los tres sensores que a día de hoy tenemos disponibles en España. El Libre 3 recibe las mediciones del sensor y las envía por Bluetooth al smartphone para poder verlas. Sin escanear nada. Se ha hecho mayor y ya es un medidor continuo en toda regla.
Libre 3; la versión definitiva
Este sensor debería ser ya la versión definitiva de un sistema que desde el principio se convirtió en uno de los más populares y con más ventajas. Un procedimiento simple, una colocación indolora, un conjunto sensor-transmisor pequeño, ergonómico y discreto… Eran muchas las ventajas que ya tenía el Libre desde su versión inicial, y las ha ido manteniendo y mejorando en versiones posteriores. ¿Pero porqué digo que el Libre 3 debería ser la versión definitiva? Porque sencillamente, lo que siempre ha querido ser el Libre es un sensor en tiempo real. Y ya lo es. Y esto le permite pasar a ser sensor en sistemas bomba-sensor con algoritmos, con alguno de los cuales ya tiene acuerdos de colaboración, como por ejemplo con la esperada Horizon de Omnipod. Un sistema con algoritmos que se podrá comunicar con sensores de Dexcom o de Abbott. Ahora sí, Abbott ha entrado a jugar en la misma liga que Medtronic y que Dexcom. Y ha entrado pisando fuerte. Los demás tienen que mejorar sus productos (y ya los tienen listos). Veremos cómo es el enfrentamiento entre los nuevos Dexcom G7, el nuevo sensor de Medtronic (llamado Sinergy en código interno) y el Libre 3.
Diferencia de tamaño entre el Libre 2 y el Libre 3
Así se ve la diferencia de tamaño entre el Libre 2 y el Libre 3. Sin duda, la reducción es notoria. Y en directo, llama aún más la atención.
¿Cómo es el Freestyle Libre 3?
Comenzando por el tamaño, el Libre 3 es tremendamente pequeño. Y cumple lo que desearía cualquier persona con diabetes que hiciese una carta a los reyes magos pidiéndoles el sensor perfecto. Porque una de esas peticiones sería que fuera muy pequeño. El Libre 3 lo es. Su tamaño es sencillamente impresionante. Y no sólo en diámetro, sino sobre todo (lo cual es aún más impresionante) en grosor. El grosor de este sensor es ínfimo. Jamás te podrás enganchar con él. De hecho, no notas que llevas nada puesto. Tamaño diminuto y peso ligerísimo. Un diez rotundo. Para quien me pregunta por sus adhesivos, aunque sus formulaciones son secretas, entiendo por lógica que al disponer de mucha menor superficie de contacto, se debería reducir la intensidad de los posibles problemas con la piel, pero esto es una simple suposición sin base alguna, porque lo que parece es que quien empieza a desarrollar alergias a estos adhesivos, luego su cuerpo es reactivo a cualquier tipo de pegamento, sea el que sea. El Libre 3 es a la vista el sensor que todos querríamos. Pero no contentos con eso, en Abbott han mejorado la técnica de colocación y la han simplificado aún más. Ya no disponemos de dos envases; uno con el sensor y el otro con el aplicador, que debían unirse antes de ponérselo en el brazo. Ahora la caja sólo trae un único envase; el aplicador, que contiene el sensor ya montado. Abre la caja, desenrosca el aplicador, apriétalo sobre la piel (el brazo sigue siendo su lugar oficial) y listo. Aún más sencillo. Imposible mejorarlo. Otro diez. Ya van dos. Así, el pack del sensor que tú recibes ahora es una caja muy pequeña, aproximadamente la mitad de la anterior. Ahorro de materiales. De espacio. De plásticos. De cartón. Ecología. No sé porqué, pero me viene a la cabeza el packaging de los sensores de otras marcas, un auténtico festival de derroche de papel y cartón. Otro diez para Abbott. Van tres.
Un único envase para el sensor. Más rapidez y sencillez.
Un único envase para el sensor, y además más pequeño que el anterior. Más rapidez y sencillez.
Por lo demás, el Libre 3 es un sensor de glucosa como todos. Estás viendo la gráfica en tiempo real en tu teléfono, aunque actualizada cada minuto, algo que otros no hacen (lo hacen cada cinco). Esto tiene sus ventajas y sus inconvenientes. La ventaja es que podemos ver con más «resolución» que pasa en la glucemia, con más lecturas por hora. Por ejemplo, esto puede ser útil cuando esperamos saber qué sucede tras una hipo… o cuando estamos esperando ver cómo actúa un bolo que hemos puesto para bajar una hiper rebelde. Pero también tiene su inconveniente, al generar unas gráficas más «nerviosas». Al menos así se ven en la app, aunque luego en Libreview quizá se puedan ver de un modo más suave.
¿Medir cada minuto hace unas gráficas más "nerviosas"?
Medir cada minuto hace unas gráficas más «nerviosas».
Por tanto, tenemos un sensor que envía cada minuto la lectura al teléfono. Por otro lado, utiliza una app propia llamada Libre 3, pero que por dentro es idéntica a la que ya conocemos (Librelink). Una app que incorpora todas las principales estadísticas para poder analizar qué está pasando a cada momento y tomar decisiones terapéuticas con más fundamento. Para mi sin duda es una de las mejores apps que hay ahora mismo en el mundo de los sensores intersticiales. Por supuesto, también tenemos la app para el cuidador que podrá ver en tiempo real las glucemias de quien lleve el sensor, pero esta vez sin el handicap de tener que esperar a que esa persona se escanee el sensor. Las glucemias pasarán al cuidador sin escaneo alguno. Porque ya NO hay que escanear el sensor. Tan sólo para iniciarlo. Una vez más, procedimiento simple al máximo. El sensor con la puesta en marcha más fácil de todos. Otro diez. Y ya he perdido la cuenta. O sea, que una vez escanees el sensor y lo actives, una hora después ya tendrás lecturas en el smartphone y no tienes que volver a escanearlo. Por tanto, el receptor que muchos aún siguen usando ya no tiene razón de ser y desaparece en esta versión.
Dentro del aplicador se ve el reducido tamaño del sensor que se va a colocar.
Dentro del aplicador se ve el reducido tamaño del sensor que se va a colocar.
Colocarse el Libre 3 es igual de fácil que siempre
Colocarse el Libre 3 es igual de fácil que sus versiones anteriores.
¿Y cómo anda de MARD? (actualizado a 1/5/22)
La exactitud. Ese es uno de los aspectos que siempre valoramos más en un sensor. Lo cual es lógico. Aún más en un sensor que no permite ni siquiera una calibración forzada. Y aquí debo decir que en ese tema, Abbott se mantenía igual. Mientras que el Libre 2 tenía una MARD de 9,3% (9,2% en adultos), el nuevo Libre 3 nos ofrecía inicialmente una cifra de… ¡también 9,2%!. Pero en el congreso ATTD 2022 que acaba de celebrarse en Barcelona a finales de abril, un nuevo estudio realizado por Abbott en Estados Unidos ha arrojado una MARD actualizada a la baja con un 7,8%. Sin embargo, en mi sensor de prueba no he notado esa diferencia. Aunque con el Libre siempre me pasa algo que no me sucede tanto con otros sensores: una especie de falta de consistencia ¿Y a qué le llamo consistencia? a que sensor tras sensor, la exactitud siga siendo (más o menos) la anunciada. O al menos estable en toda la vida del sensor. Pero a veces, un sensor Libre mide claramente peor. Esto, que puede pasar con cualquier sensor del mercado (recordemos que hay 834747283 variables que pueden influir en la exactitud y funcionamiento de un sensor intersticial), siempre me ha pasado más con los de Abbott. Cuando probé el Libre 2, ya en el primer sensor no tuve una buena experiencia en cuanto a exactitud. Y en este sensor Libre 3 que he probado… me ha vuelto a pasar. El Libre 3 que he probado comenzó ofreciéndome una desviación bastante inaceptable que yo achaqué y perdoné por ser el primer día. Entre un 18% y un 20% concretamente. Mucho, Demasiado. Tuvieron que pasar tres días para que la exactitud del Libre 3 mejorara, hasta situarse en cifras que se movían entre un 5% algunas veces y un 10% muchas otras. Pero los tres primeros días se mantuvo en cifras de exactitud pobres. Creo que hay que trabajar en ese tema de la exactitud en el inicio porque recordemos que se trata de un sensor calibrado en origen, por lo que no podemos hacer absolutamente nada para mejorarlo más allá de rezar a todos los dioses y deidades que tengamos cada uno en mente. Los ensayos clínicos de Abbott ya muestran en sus gráficas que el sensor Libre 3 se comporta muy bien en su período central, pero también muestran que es más fallón en los primeros días. Desde aquí animo a perfeccionar este tema a quien corresponda, porque a las personas con diabetes nos genera problemas usar un sensor tres días con cifras desviadas. Sobre todo si ahora el Libre 3 va a ser quien gestione una bomba de insulina con algoritmos. A continuación os adjunto unas cuantas de las muchas mediciones comparativas que hice entre tres dispositivos: a la izquierda el Guardian Sensor 3, en el centro el medidor capilar Accu-Chek Guide de Roche y a la derecha el Libre 3 (fotos en blanco y negro).
comparativa Libre 3
Iniciando el sensor. El Libre muestra una desviación importante.
Comparativa Libre 3
Cuatro horas después, el Libre 3 sigue desviado, mostrando alrededor de un 20% de desviación con capilar.
Comparativa Libre 3
El primer día sigue avanzando y el Libre 3 sigue desviado muy por encime de su teórico 9,2%.
Comparativa Libre 3
Doce horas después del inicio, el Libre 3 sigue aún «descentrado», mostrando valores siempre bastante por encima de la realidad.
Comparativa Libre 3
Aún no se han cumplido 24 horas desde su inicio. La desviación importante continúa.
Comparativa Libre 3
Un día de uso del sensor. Queda claro en los valores que aún no es exacto, Y en hiperglucemia muestra un valor mucho más alto…
Comparativa Libre 3
Se cumplen dos días y medio y por fin se ven valores similares a los del otro sensor de referencia y al medidor capilar.
Comparativa Libre 3
Tres días después del inicio, el Libre 3 empieza a mostrar su exactitud teórica.
Comparativa Libre 3
Cuando un sensor funciona bien, no sé porqué, pero sientes una sensación de paz indescriptible.
Comparativa Libre 3
Cinco días después del inicio del sensor.
Comparativa Libre 3
Pasan los días y el Libre 3 sigue en su exactitud declarada una vez consigue superar su «borrachera» inicial.
Comparativa Libre 3
A pesar de que el Guardian Sensor no es el sensor más exacto, en general se mantuvo cerca de la lectura capilar, y realmente en pocas ocasiones el Libre 3 le superó en exactitud, como en esta imagen.
¡Por Dios Santo, déjame elegir la gráfica!
Capítulo especial merece el de la gráfica de glucemias del Libre, que tradicionalmente muestra un número de horas excesivamente amplio e innecesario. Pediría a Abbott que por favor permitan que la app muestre otro número de horas que no sea el actual de 12 enormes e interminables horas, que visualizados y condensados en una pantalla del móvil siempre induce al susto e incluso a la equivocación, porque se está mostrando medio día condensado en una gráfica apretada y llena de altibajos, la cual no ofrece ninguna utilidad en la gestión de la diabetes del día a día. Pero sí que sería útil ver las últimas 3 horas, que es la gráfica que generalmente utilizamos con más frecuencia para ver la tendencia y lo que está pasando a cada momento. Así que por Dios Santo, pido de una vez por todas la posibilidad que ya da casi todo el mundo, de poder elegir el rango de horas que mostramos en pantalla. Es una funcionalidad absoluta y totalmente necesaria y urgente. Basta ya de ver gráficas que parecen la cotización del mercado bursátil. Queremos ver las últimas 3 horas. Y ya que menciono la app, seguimos con ella…
La interoperabilidad, ni está ni se le espera
La app es absolutamente igual que la del Libre 2, pero el 3 requiere de su propia app, que ahora mismo ya está por fin disponible tanto para iOS como para Android. Para mi es una buena app porque nos muestra las estadísticas básicas que podemos necesitar para el día a día sin tener que acudir a la plataforma Libreview. Por otro lado, la app para seguidores también es igual, o sea que todo sigue igual.
Comparativa apps Libre 2 y 3
La app Libre 3 es especifica para este sensor, pero sin embargo por dentro es igual que la de sus versiones anteriores.
Pero hay algo que me molesta porque estamos hablando ya de lo que yo considero la versión definitiva del Libre, a lo que en Abbott aspiraban desde el principio. Y es que en esta versión sigue sin haber ninguna integración con nada. Seguimos con el modo Juan Palomo, yo me lo guiso, yo me lo como. Sigue sin haber posibilidad de que las lecturas estén disponibles en dispositivos de terceros, en una smartband, en un smartwatch, o mejor aún, leer los datos en un pulsómetro, en un ciclocomputador, integrarlo en Google Assistant, Alexa, Siri… o en cualquier otro dispositivo que ya exista o se cree mañana. Y eso es primordial. No sé si entienden en la industria (creo que sí, pero no parece que quieren escucharnos aún) que los usuarios queremos poder tratar esa información con cualquier dispositivo de terceros. Y a día de hoy siguen queriendo atrapar sus lecturas con la misma intensidad que Gollum agarraba el anillo único en la historia de Tolkien. Y dicho esto -aunque ya lo he dicho muchas veces- voy acabando…
Libre 3 tras catorce días
Al acabar la vida del sensor, el adhesivo ya despegaba por sus bordes, aunque el sensor seguía firmemente pegado a la piel. No tuve ningún problema.
Tamaño Libre 3
No es sólo su pequeño tamaño, sino también su escaso grosor.
Poco más que decir: conclusiones
El Libre 3 es un sensor que no cambia casi nada… pero a la vez lo cambia todo. No sé cómo explicarlo. No cambia nada porque el funcionamiento del sensor es igual. Si has manejado un 1 o un 2, sabrás manejar el 3. No cambia su funcionamiento. No cambia su exactitud. No cambia su app. Pero… cambia todo porque da un salto de gigante al hacer un sensor como el que pediría cualquier persona con diabetes si le dieran una hoja en blanco. Pequeño, muy pequeño, muy fácil de poner, muy fácil de iniciar, muy fácil de manejar, de larga duración… En definitiva, es el sensor que todos querríamos ponernos en el brazo (sigue siendo el brazo el lugar oficial). Un sensor que una vez colocado no te enteras de que lo llevas. Que no se siente presionado cuando te apoyas de ese lado en la cama. Que no se puede despegar con los marcos de la puerta. Que es difícil de agarrar incluso queriendo. Así que por todos esos aspectos comentados al principio del párrafo, el Libre 3 se acerca a la perfección. Como única sugerencia a Abbott, únicamente diría que sigan trabajando el tema de la consistencia entre sensores, así como la exactitud en sus primeros días.
Packaging Libre 3
Más pequeño, más fino, menos envoltorio, más sencillo…
El Libre 3 me ha gustado. Aunque sigue midiendo igual que siempre, persiste en su tendencia a no ser consistente entre un sensor y otro y mide peor al inicio, la verdad es que es impresionante verlo puesto en el brazo. Es hasta elegante, casi distinguido. Por primera vez no me siento mal llevando un llamativo sensor que los demás miran de reojo. Si ya el Libre 1 y 2 eran sensores estéticamente acertados, el 3 es ahora un mini botoncito más propio de una película de James Bond. Y para acabar, las respuestas a las preguntas más habituales. ¿Cuánto vale? Su precio seguirá siendo el mismo que el 2 y que el 1. Otro diez. Y no. No tengo ni la más remota idea de cuándo estará aquí en España. Ni en los países de América Latina. Pero en España imagino que a lo largo de este año deberíamos si no tenerlo, sí al menos saber las fechas. Aunque no creo que sea antes de que acabe este 2022, dada la proximidad con la implantación reciente de su versión anterior. El Libre 3 ha vuelto a ser la sensación en el mundillo de los sensores. Y lo ha conseguido a pesar de que, básicamente, sigue siendo el de siempre… pero mejor.